Sin embargo, en la mayoría de los casos, cuando una persona se da cuenta de que la vigencia de algunos de sus medicamentos ya terminó, decide tirarlos por el drenaje, a la basura o en la taza del baño, lo cual representa un riesgo aún mayor.
Desechar sin ningún cuidado los medicamentos implica grandes riesgos sociales y ambientales, pues se pueden dejar a merced del “mercado negro” o contaminar mantos freáticos con las sustancias de las píldoras o jarabes, al tiempo que daña la vida animal.
La Secretaría de Salud Jalisco (SSJ) indica que nunca se debe tirar la medicina a la basura o al drenaje, y tampoco consumir los sobrantes del medicamento recetado tiempo atrás, pues la automedicación puede provocar daños a nivel renal o hepático.
Lo ideal es colocar estos medicamentos, con todo y cajas, en depósitos autorizados para que tengan una destrucción segura en hornos de cemento o tratamientos térmicos.
El Sistema Nacional de Gestión de Residuos de Envases y Medicamentos A.C. (Singrem) es un programa financiado por la industria farmacéutica para la destrucción segura y final de medicamentos en diversos estados del país, con el objetivo de reducir los riesgos ambientales, de salud y de recomercialización ilegal.
Llegó a Jalisco en 2011 y actualmente existen 317 contenedores de medicamentos de Singrem en farmacias, hospitales, centros de salud y escuelas del Estado, informó su director general, José Antonio Aedo Sordo.