Para llevar a cabo esta tarea se necesita la paciencia de un alquimista y el espíritu aventurero de un gambusino. Ignacio Rodríguez, ingeniero químico, lleva 40 años dedicado a ella.
De esas cuatro décadas, 28 años ha trabajado en el laboratorio fotoquímico de la Filmoteca de la UNAM, especialmente dedicado a la enigmática tarea que denomina “recuperación de la plata”, labor que ha permitido otorgarle un valor agregado a las preseas que entrega esta institución, tanto a la comunidad académica como a la cinematográfica.
La Medalla Filmoteca UNAM, por ejemplo, instituida en 1987 y que se otorga a aquellos cuya labor fortalece al séptimo arte, está hecha en parte con la plata que queda, a manera de residuos, en los químicos que se usan durante el proceso de revelado de alguna de las 45 mil películas que tiene bajo su resguardo esta institución.
“No se conocía cómo se recuperaba la plata —explica Rodríguez—. Yo tengo una anécdota muy buena de cuando se fundó Televisa San Ángel: en esos terrenos estaban los estudios y laboratorios San Ángel Inn, y en 1973 los compró Televisa.
“Empezaron a tirar los químicos, miles de litros de fijador, por las tuberías, que eran de fierro. Entonces se recuperaron más de cien kilos de plata. Ahí empezó todo para mí porque me interesó todo eso, e incluso hice mi tesis de la recuperación de la plata y empecé con la idea de hacer equipos para rescatar todo el metal durante el revelado”.
Proceso sencillo y caro
Desde el siglo XVII se sabe que la plata es fotosensible, es decir, que en ciertas condiciones cuando se expone a la luz genera una imagen. Debido a que la imagen ocupa solo una parte de cada uno de los cuadros que conforman el filme, el metal que no se convierte en imagen queda diluido en el líquido fijador durante el proceso de revelado de la película.
La primera parte del procedimiento consiste en revelar la película: “Primero la montamos sobre una cámara oscura para poder procesarla y meterla a nuestra máquina reveladora, en donde la película pasará por todos los procesos: revelado, lavado, fijado, nuevamente lavado y luego secado”, explica Rodríguez.
Se trata de un proceso sencillo, que puede durar hasta una hora; sin embargo, no se realiza periódicamente porque, según comenta Ignacio Rodríguez, es un trabajo caro: el revelado de una película de 9 rollos puede llegar a costar hasta 40 mil pesos, por lo que se lleva a cabo solo cuando lo solicita alguien con capacidad para pagar. Este año, en un periodo de 10 meses aproximadamente, apenas logró reunir dos kilos y medio de plata por este medio.
Este líquido completamente transparente, sobrante del proceso de revelado, se deposita en otra máquina que tiene
una tina circular, como la de una lavadora, en cuyos costados se encuentran pegados unos rectángulos de carbón. El método con que funciona es electrólisis, y la plata, ahora en polvo, queda pegada a la base del recipiente.
Esta tarea empezó a realizarse en la Filmoteca hace 39 años. Durante los primeros años se llegaban a rescatar hasta 10 kilos de plata por año, pero esta cantidad ha ido disminuyendo. A pesar de ello Ignacio piensa que esta labor no desaparecerá, al menos a corto plazo, porque se calcula que en todo el mundo hay 100 archivos fílmicos y, de cualquier manera, las fábricas siguen produciendo el material para hacer copias.
Acuñación
Como cada año, los 2.5 kilos de plata pura recuperados este año fueron entregados en resguardo a la Dirección de Patrimonio Universitario, donde quedará en espera de la acuñación de alguna de las 9 mil medallas que otorga la UNAM al mérito académico en todos sus niveles, como las preseas Gabino Barreda, Alfonso Caso y Justo Sierra.
Alejandro Fargas, administrador de la Dirección de Patrimonio de la UNAM, explica que el proceso de acuñación se hace con talleres externos como Laurentius, Industrias Hersamex, Talleres Ballesteros y Medallas y Monedas Romero.
Es posible que algún universitario premiado, especialmente aquellos que reciben la Medalla Filmoteca UNAM, además de la distinción reciban en sus manos un poco de aquellas imágenes que dan vida a las películas que conforman la memoria fílmica de México, lo que permite parafrasear una sentencia de la Biblia: plata eres y en plata te convertirás.
Numeralia fílmica
45 mil películas integran el acervo de la Filmoteca de la UNAM.
3 gramos de plata por cada litro de fijador.
30 gramos de plata por cada rollo.
9 rollos por cada filme.
270 gramos de plata por película.
75 litros de fijador para revelar una película.