Viernes 25 de septiembre de 2015, p. 4
La vigencia del libro La democracia en México, a 50 años de su publicación, tiene que ver con que muchos de los problemas nacionales señalados allí por su autor, el sociólogo Pablo González Casanova, continúan sin resolverse.
En ello coincidieron los participantes de la mesa redonda Los problemas de México hoy a 50 años de La democracia en México: el historiador Lorenzo Meyer, los sociólogos Ricardo Pozas Horcasitas y Lucio Oliver Costilla y el abogado e internacionalista Víctor Flores Olea, quienes fueron moderados por Claudia Bodek Stavenhagen.
“Pese a la guerra fría o por la guerra fría,La democracia en México, de don Pablo, resultó un examen de la estructura del poder político del país muy complejo, pero puesto al día en su instrumental teórico”, afirmó Meyer.
Finalmente, sostuvo, es un llamado a la racionalidad de las dirigencias mexicanas, tanto de izquierda como de derecha, para que adviertan que sus intereses particulares estarían de todas maneras servidos si México se abría realmente al pluralismo, a la democracia política.
“Y ése es un llamado que, creo, conserva su razón de ser (…) La obra de don Pablo propone y da sus razones para no optar por la radicalización verbalista, sino entender que antes de esta especie de confrontación final, la izquierda debía empeñarse todavía en explotar todo lo que se pudiera dar de sí la democracia formal, la democracia burguesa, la lucha cívica en un país donde el proletariado aún no contaba siquiera con una organización propia, fuerte, independiente, con una conciencia de sí mismo”, señaló el analista político.
La obra también le habla a la derecha inteligente; aquí el optimismo de don Pablo alcanza gran altura: le propone que, en condiciones de mercado protegido, que era lo dominante en México entonces, y ante lo reducido del poder de compra de la mayoría de la población, necesita hacer realidad la ciudadanía económica y la ciudadanía política plena a través del sufragio universal y del derecho de negociar colectivamente.