Con el agradecimiento a Dios por elegirlo y al pueblo por acogerlo y la satisfacción luego del camino recorrido al frente de la Arquidiócesis de Hermosillo, José Ulises Macías Salcedo asegura estar listo para aceptar los designios del papa Francisco.
El arzobispo de Hermosillo celebra este 29 de octubre su cumpleaños número 75, edad en que, según lo establece la Ley Canónica, el obispo renuncia a la Diócesis y corresponde al Papa decidir en cuánto tiempo habrá de dejar sus funciones y quién será su sucesor.
Fue justo en la misma fecha, pero de 1996 cuando Macías Salcedo tomó posesión como arzobispo, por lo que además de cumplir un aniversario más de vida también llega a 19 años de dirigir a la Arquidiócesis.
Este tiempo es considerado por el propio sacerdote como el regalo y la oportunidad de servir a Dios y al pueblo que le fue encomendado, lleno de difíciles, pero también agradables y reconfortantes momentos.
Aunque será decisión del papa Francisco cuándo habrá de nombrarse a un sucesor, el arzobispo de Hermosillo dice sentirse preparado para aceptar cualquier decisión con obediencia y al mismo tiempo con la ilusión de una nueva etapa.
A continuación la entrevista completa con el arzobispo:
Está a punto de cumplir 75 años y muchos de éstos los ha dedicado a la Iglesia, a Dios, ¿cómo se siente?
Precisamente el día que cumplo 75 años cumplo 19 años de estar aquí con ustedes caminando por el camino del Evangelio, hacia el Padre, de la mano de María.
Ha sido una experiencia muy profunda; ser obispo es un compromiso, pero también un regalo de Dios, para en su nombre enseñar la Buena Nueva, vivirla con ustedes y ojalá que todos lleguemos al Cielo.
Entendemos que es una edad significativa para la Iglesia Católica e implica la jubilación como parte del derecho canónico, ¿cómo será este proceso?
Es decir, por Ley Canónica, leyes de la Iglesia, el obispo, cuando cumple 75 años tiene que renunciar a la Diócesis, al pueblo de Dios que el Papa le confía.
Lo hago con obediencia, con mucha esperanza, con mucha ilusión, dándole gracias al Señor, a la Iglesia misma, que el Papa tuvo confianza en mí para confiarme esta misión tan delicada, tan bonita.
De esto se tiene que dar aviso al Vaticano, ¿ya lo hizo usted?¿ya tuvo alguna respuesta?
Yo mandé ya la carta a la Nunciatura hace unos días, la Nunciatura de hacerla llegar al Papa y ya el 29 de octubre, el jueves, el Papa tomará una decisión.
Ya no me toca a mí señalar cuándo ni si me voy ese día, será el Papa el que acepte mi renuncia y él verá cuándo me pide ya que deje lugar al sucesor que vendrá después de mí.
¿Será entonces decisión del Papa?
Sí, ya es decisión del Papa el que yo salga y el día que mande al otro obispo, me tendrá que avisar para yo también prepararme abriendo las puertas de la Iglesia para que él inicie su ministerio episcopal con ustedes.
¿Qué aspectos considera el Papa en esta decisión?
Ante todo el estado de salud de uno, las fuerzas de salud de uno todavía, la capacidad de uno.
Claro, él no me conoce, aunque estuve con él en la audiencia privada, pero hasta ahí, sin embargo yo creo que alguien tendrá que informar de mi situación.
¿Qué retos tendrá quien sea designado como nuevo arzobispo de Hermosillo?
Qué bueno que entre nosotros hay continuidad y no competencia, hay un plan diocesano, es el segundo plan diocesano que hemos elaborado con todo el pueblo de Dios, un plan de trabajo que invita a todos a la responsabilidad; tiene sus metas, sus objetivos, sus prioridades, y sin duda el nuevo obispo continuará este plan, con algunas cosas que él traiga también.
Es lo bueno de un cambio, que uno se va con experiencia, pero viene otro con experiencia también que puede y ayuda a enriquecer el trabajo de la Iglesia, ese va a ser su trabajo, continuar anunciando el Evangelio y santificando, sirviendo para anunciar la nueva de que Dios nos ama y quiere lo mejor para nosotros.
¿Cómo ha sido su experiencia al frente de la Arquidiócesis de Hermosillo durante estos 19 años?
Alguien me preguntaba qué significaba ser obispo, y dije ‘es algo muy duro, difícil, pero muy bonito’.
Cuando alguien me pregunta ‘¿cómo estás en Sonora?’, les digo ‘mira, a gusto no porque no se está a gusto con tanta responsabilidad, con tantos desafíos y oportunidades, a veces en la noche se va un poquito el sueño cuando hay que tomar una decisión, cuando hay algo importante que realizar y pensar’.
A gusto se está en la playa descansando, en un viaje, pero sí estoy muy contento y me dicen ‘¿cómo que a gusto no y contento sí?’ Estoy contento porque nunca estoy solo, nunca me he sentido solo, siempre he contado con los sacerdotes.
Sí fue algo difícil, interesante, bonito, me hizo crecer como persona, como ser humano, me hizo crecer como cristiano, me hizo crecer como sacerdote y como yo les pedí desde que llegué, les decía ‘León, de ahí soy, me hizo sacerdote; Mexicali me hizo obispo; ustedes, pueblo de Dios, de Hermosillo, háganme pastor’.
Y aquí me han ayudado, me han hecho entender lo que significa ser pastor y ojalá lo haya logrado por lo menos poco, un pastor al estilo de Jesús, buen pastor.
¿Qué ha sido lo más gratificante de vivir al servicio de Dios?
Servirlo, voy a cumplir 50 años de sacerdote el año que entra, en abril, y para mí el servir en nombre de Dios, hacer presente al Señor, prestarle mis manos para bendecir y consagrar, mis pies para llevar el Evangelio, mi boca para consagrar y decir ‘yo te perdono’, mi vista para ver con ojos suyos a los pobres, a los que lo necesitan, es un gran regalo que con exceso me da mucho más de lo que me pide, es más de Pascua de Resurrección, aunque también sabe a cruz.
¿Qué experiencias han marcado su vida en la Arquidiócesis de Hermosillo?
Un momento que me marcó fue la tragedia del ABC, aquellos días, me tocó durante la noche estar esperando a los papás en la Procuraduría para que reconocieran el cuerpo de los niños y acompañarlos, primero se los daban a conocer a través de una foto y luego ya les entregaban el cadáver, y eran momentos bien difíciles, para mí fue de veras una oportunidad de tomar conciencia de lo que es la fuerza que da Dios, la esperanza.
Había lágrimas, había desesperación pero al mismo tiempo tranquilidad porque sabían que al fin de cuentas sus hijos estaban con Dios, murieron pequeñitos, Dios los acoge y yo les dije ‘son ángeles que están en el cielo’. Fue un momento muy, muy difícil.
Pero también han habido momentos fabulosos, por ejemplo ahorita que estoy con mis sacerdotes conviviendo, la cercanía, el respeto, la obediencia y el estar con ellos son momentos gratificantes.
Para mí algo muy gratificante fue que mi hermana vive conmigo, con sus dos niños, desde hace 27, 28 años, he tenido familia en casa, he visto crecer a los niños, tenían como 6 y 2 años y ahora ya son adultos, ella está casada, es mamá y él está trabajando en México.
Me da una impresión bonita desde el momento en que llegué cómo sabe acoger el pueblo de Sonora, los norteños, el Norte, concretamente Hermosillo y las parroquias que forman parte de esta Arquidiócesis, aunque algunas ya son de Nogales, cómo saben acoger al enviado del Señor y cómo saben apoyar y manifestar gestos de gratitud, de dar a entender que ya no estoy solo.
¿Cuál es su plan de vida al darse el retiro y convertirse en arzobispo emérito?
El plan me lo va señalando el Señor.
Puedo permanecer aquí, si el obispo me sugiere, puedo regresar a León.
Es decir, ahorita en lo que estoy pensando es qué hacer.
Sigo siendo obispo, sigo siendo sacerdote, puedo seguir celebrando, confesando, confirmando.
Quiero escribir mis memorias, quiero completar algunas homilías que me han faltado para los ciclos litúrgicos de las misas, que son el A, B y C, tengo algunas escritas, a ver si las puedo completar.
Quiero también rezar más, encontrarme con el Señor y atender enfermos, voy a tener oportunidad, visitar hospitales, sobre todo hospitales públicos.
¿Cómo ha visto el estilo que le ha dado el papa Francisco a su labor al frente de la Iglesia Católica?
Con mucha emoción, con mucho gusto, lo sabemos y hay algunas propuestas que se le han hecho, es prepararnos para recibirlo y demostrar el cariño que él nos tiene correspondido.
Y no hace falta que lo recomiende, este pueblo sabe entender lo que es el Papa y su venida, su presencia cercana física. Hay que orar mucho por él, rezando, uniéndonos a sus plegarias.
(Es) el Papa que necesitaba el tiempo.
No hay duda que el Espíritu Santo responde siempre al tiempo, con un Papa que es el indicado y el que necesitamos.
¿Qué último mensaje da a los fieles de la Arquidiócesis de Hermosillo?
Estoy muy contento, soy feliz de ser sacerdote, lo he dicho siempre: Si vuelvo a nacer, es imposible, no lo pensaría dos veces, me gustaría ser sacerdote.
Gracias, recen por mí, que yo rezo siempre por ustedes.