Cuando en 2010 la comida mexicana fue considerada por la Unesco Patrimonio Cultural Inmaterial, se presentaron un sinfín de retos porque no solo se trataba de obtener un reconocimiento, sino de saber qué vendría después, cómo lograr su divulgación y, sobre todo, acciones concretas para su salvaguarda.
De ahí surgió el interés por impulsar la primera edición de la Feria del Libro de Cocina Tradicional (Flico) en el Museo Nacional de Culturas Populares (MNCP), en la que están representadas 20 editoriales con más de tres mil títulos. Este encuentro forma parte de la política de fomento a la Gastronomía Nacional, que impulsa el gobierno federal, a decir de Alejandra Frausto, directora general de Culturas Populares del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
“Son de las publicaciones que más tienen aceptación en la gente. Nos dimos a la tarea de reunir a las editoriales que tienen publicaciones de gastronomía y de cocina tradicional mexicana, donde está toda la colección de Culturas Populares, pero también otras que son ya un referente en nuestro país para entender la preservación y la investigación de los ingredientes”.
La cocina tradicional ha sido parte del trabajo de Culturas Populares desde hace 30 años; ha sido uno de los esfuerzos más arraigados en la institución, a través de programas de apoyo a cocineras tradicionales, como un proyecto que comenzó en Michoacán, en la feria que se hace en Uruapan en Semana Santa, si bien los esfuerzos han tenido relevancia en los últimos años, tanto en el ámbito nacional como en el internacional.
Entre las actividades de la feria resalta la creación de la Biblioteca Mexicana de Cocina Tradicional, como un repositorio documental “donde la gente sepa que va a poder encontrar recetarios e investigaciones, incluso documentos que hemos rescatado de los proyectos Pacmyc, los cuales no necesariamente se publicaron en forma de libro.
“La investigación que se hace por parte de los especialistas, de las cocineras tradicionales, de las propias comunidades al preservar sus tierras para seguir dando los ingredientes que se requieren para sus recetas, nos dará pie a darle espacio, por ejemplo, a productores de distintos estados de la República, porque aquí hay productos que muestran lo que es la tierra de México: diversa, compleja y riquísima”, destacó Frausto.
Viajera
Una de las primeras actividades fue un homenaje a la investigadora británica Diana Kennedy, quien se mostró orgullosa por la generosidad de los organizadores, pero en especial sorprendida de que todas sus andanzas por diversas partes de México, solo por puro gusto, “hayan sido de valor, porque tuve el lujo de viajar sola, en camioneta, a todas partes, todo el año, por muchos años”.
El saber gastronómico “lo recopilé no de una manera profesional, pero encontré un país que ojalá muchas personas lo hubiesen conocido como yo: en todas las sierras y en rincones desconocidos, aunque mucho fue gracias a la mayoría de las señoras que me invitaron a sus cocinas y aguantaron mientras estaba horas y horas a su lado, y me platicaban de sus vidas, de cómo se dieron los cambios en su alimentación, las cosas que siembran y las que recolectaron en el campo”.
Autora de títulos como Cocina esencial de México y Oaxaca al gusto, Kennedy recordó que si bien ya no es tan fácil viajar por esos lugares, no deja de ser en directo como se descubre no solo un platillo, sino a las personas que lo hacen y hasta un trayecto: “Los caminos que se pasan, las maravillas del campo”.
La Feria del Libro de Cocina Tradicional continuará hasta el próximo domingo en el MNCP, Hidalgo 289, colonia Del Carmen, Coyoacán.