Martes 20 de octubre de 2015, p. 8
París.
La famosa magdalena de Proust pudo haber sido una tostada, revelan manuscritos de sus borradores que muestran las vacilaciones del novelista francés al escribir En busca del tiempo perdido.
En una primera versión, redactada en 1907, el narrador de la novela de Marcel Proust explora los laberintos de la memoria sensorial y recuerda con emoción el gusto del pan tostado con miel de su infancia.
En una segunda redacción, la magdalena se convierte en biscote (pan tostado). Habrá que esperar una tercera para que Proust opte finalmente por evocar el recuerdo de la magdalena mojada en el té que le ofrecía una tía.
Las tres versiones manuscritas están incluidas en un estuche de tres cuadernos Moleskine que publica el próximo jueves la editorial Éditions des Saint-Pères.