Lunes 12 de octubre de 2015, p. a10
Guanajuato, Gto.
El Ballet Liaoning de China llegó al 43 Festival Internacional Cervantino (FIC), no con una obra alusiva a su país, sino con Espartaco, creación del aclamado coreógrafo ruso Yuri Grigorovich, con música de Aram Jachaturián.
Montar este ballet de dos actos encierra muchos retos. Por ejemplo, se necesitan muchos bailarines masculinos, alrededor de 56 –como informó su directora, Qu Zijiao–, cantidad no usual en las compañías, aunque sí en la de México.
Espartaco es una obra para hombres, es decir, en la que se impone la pasión, la fuerza y el movimiento fuerte
, agregó la responsable de la agrupación fundada en 1980, proveniente del noreste del país. Los hombres necesitan una fuerza superior para interpretarla. Esto, cuando la mayoría de los ballets están concebidos para bailarinas hermosas
que se deslizan sobre el escenario, como en El lago de los cisnes.
De acuerdo con Qu Zijiao, otro de los retos son los saltos y las vueltas que tienen que dar los bailarines, además de que la actuación debe ser más pasional y desde las entrañas
.
Para el montaje de Espartaco el Ballet Liaoning contó con la asesoría de Grigorovich, de 87 años, quien permaneció con la compañía en China un mes y lo adaptó para ella.
Puesta de la era soviética
Espartaco es una de las obras más significativas del repertorio balletístico del siglo XX. La versión de Grigorovich fue estrenada en 1968 por el Ballet del Teatro Bolshoi.