Lee Miller tuvo encuentros masculinos muy favorables; sin duda el más importante de todos tuvo lugar con Man Ray. Fue no sólo su musa y su modelo predilecta, sino su muy brillante discípula, en una época (según constatan las fuentes) en la que Man Ray ya tenía tiempo de guardar relación con Kikli de Montparnasse, a quien le tomó la famosa fotografía titulada El violín de Ingres (1924). Lee Miller compartió tiempo y trabajo con Man Ray entre 1929 y 1932. De allí nació el efecto de solarización
, que se convirtió en su predilecto durante algún tiempo y que según palabras de Man Ray ella encumbró
.
Este efecto, producto bien de una soberexposición, encontrada, se dice, de casualidad
o de un trabajo ulterior en el cuarto oscuro se conoce también como efecto Sabather
, aunque en éste la inversión tonal es absoluta y en la solarización se busca una condición que pudiéramos denominar resplandeciente
, muy definida y confinada sobre todo a los contornos de personas y objetos. En el rubro retratos se podrá advertir la predilección de Lee Miller por las poses de perfil. La fotografía elegida para el cartel obedece a esa idea.
La belleza de su rostro de corte oval perfecto y facciones dispuestas, se diría que en proporción áurea, le valieron el denominativo de La Venus Rubia. Su arranque como modelo de Vogue, primer encuentro favrable, ocurrió gracias al Conde Montrose Nast, que llegó a ser dueño de una división de Advance Public, que incluía Vogue, Vanity Fair y The New Yorker. El inicio de la celebridad de Lee Miller (como modelo) se le debe a él y a que ella vaya si sabía posar, pues desde niña lo había hecho. Después de su estancia en Egipto, ocasionada por otra liasson matrimonial que generó el rubro de sus varias tomas, algunas en el desierto, regresó a Europa. Roland Penrose, crítico, coleccionista y promotor inglés la retrató topless en Antibes, en 1939, y se casaron poco después.
El hijo de ambos, Anthony Penrose, estuvo presente en la inauguración y se le debe el rescate de buena parte del archivo Lee Miller, que él dirige, alojado en Farley Farm, en East Sussex. La maternidad no le obstaculizó fungir de corresponsal de posguerra de Vogue; la muestra ofrece un rubro amplio de ese aspecto de su trabajo, en el que desarrolló una verdadera entrega vocacional, antes de recluirse en East Sussex, donde fue conocida como lady Penrose, hasta su fallecimiento por enfermedad cancerígena, en 1977. Hay un inevitable aire de época bastante perceptible en sus tomas. A veces pueden asociarse con cosas vistas de Tina Modotti o incluso de Weston.