Miércoles 25 de noviembre de 2015, p. 6
A casi dos meses de su fallecimiento, Hugo Gutiérrez Vega, poeta, diplomático, promotor cultural, periodista, en fin, hombre renacentista
por el alcance de sus intereses, fue sujeto de un homenaje en el Centro de Cultura Casa Lamm, donde fue uno de los primeros profesores en creación literaria.
Según el poeta y crítico literario Juan Domingo Argüelles, cuando se lee a don Hugo nos encontramos con un poeta siempre entrañable, que nos habla de las cosas cotidianas, cercanas a nosotros. Tuvo una hermandad con Ramón López Velarde y Jaime Sabines, que se nota justamente en los intereses, las contenciones, en la forma de dirigirse al lector
.
Para Argüelles lo que importaba al homenajeado como poeta era comunicarse con el otro, con los otros, y lo consigue siempre. Hay poetas que quieren dejar la poesía en lo alto del Olimpo; Hugo Gutiérrez Vega la bajó. La citó al ras para que todos aquellos que tuvieran interés en la poesía, pero también en la vida, pudieran comprenderla a partir de la emoción
.
Tampoco se puede separar a don Hugo de esa vinculación que siempre tuvo con el compromiso social que, por otro lado, lo motivó a escribir aquello que sentía y por lo que se identificaba
. Argüelles expresó que hace poco Lucinda Ruiz, la viuda del homenajeado, me comentó que había dejado inconclusos algunos proyectos, entre ellos unas antologías de poesía clásica para la Universidad de Guadalajara. Comenzó con Jorge Manrique; aunque para los otros volúmenes había hecho las selecciones, ya no alcanzó a escribir el prólogo
, tarea que se encargó a Argüelles, quien lo leyó.