Muchas personas recorren, como siempre, esta calle del barrio central de Les Halles, pero el responsable de este bar asegura que el número de clientes se ha reducido casi a la mitad.
En el restaurante de al lado, Les Petits Carreaux, la dueña regala un vaso de Beaujolais a los parroquianos, menos numerosos que de costumbre.
Hay que conservar la tradición
, afirma. Unos 50 viticultores del Beaujolais, región histórica del este de Francia, decidieron recorrer la capital en viejos Citroen 2CV, símbolo de la tradición francesa
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