De las 22 millones de hectáreas cultivadas que existen a lo largo de la República Mexicana, sólo 12.5 millones están aseguradas, pese al peligro latente de los desastres naturales y los cambios climáticos.
Estamos hablando del 43 por ciento de las tierras cultivables, y esto es motivado por el desinterés del agricultor que ve a la compra de la póliza de seguro como un gasto extra, señaló Miguel Ángel Martínez, especialista del Colegio de México.
Agregó que esta situación también es agravada porque en zonas donde con frecuencia ocurren desastres, no hay tierras aseguradas porque no resulta rentable para las compañías aseguradoras, “además en el país no existe una cultura y combate al riesgo, pues el productor percibe el seguro como un costo adicional al de su producción, por lo que en muchas ocasiones sólo lo ve como un requisito”.
Además muchos de los productores que no cuentan con seguro son porque sus tierras no son tan extensas y las aseguradoras los desechan como clientes potenciales, consideró Martínez.