l relieve de este artista en cuanto a colecciones y participacines internacionales públicas es similar al de Gabriel Orozco.
La visita a la exposición Pseudomatismos depara una experiencia de estrategias artísticas y también una diversión para niños, para jóvenes y no tan jóvenes y sobre todo para estudiantes de medios.
Rafael Lozano-Hemmer se postula primordialmente como artista, no como creador empresario asistido a través de un equipo de ingenieros, de maquinarias realizadas por encargo que además de dar brillo a cualquier celebración o aniversario, deparan enseñanzas y medios cognitivos interdisciplinarios.
Se trata de algo más que instalaciones y entre las que se exhiben están las principales. Una estudiante de séptimo semestre del Tecnológico de Monterrey, campus Santa Fe, me comunicó que le fascinaba la exposición, más que cualquier otra, y que la había visitado tres veces
.
Le pregunté si había adquirido el libro que la documenta y tiene como ilustración en la portada el fragmento de una de las esferas sonoras.
No, no lo había comprado, porque le dijeron que se trataba sobre todo de museografía y ella no es museógrafa
, aunque entre los museos que visita dada su carrera, donde más a gusto se siente es en el Museo Universitario Arte Contemporáneo (Muca).
Otro espectador afecto a visitar museos me dijo que se pasaba allí un rato divertido. Me interesé así en las reacciones de Pseudomatismos que ya había visitado y decidí verla de nuevo. Encontré que había disminuido la gran proporción de público, con la que me topé la primera vez. En la ocasión reciente, un sábado por la mañana la mayoría del público se integraba de jóvenes de menor edad que mis interlocutores que tomaban fotografías, además de algunos padres con sus hijos, niños que escuchaban con atención la información proporcionada por las guías denominadas enlaces
que, accesibles y atentas, recalcaban en su mayoría el carácter interactivo de la exposición.
Ninguna pieza se modificaría sin los visitantes, salvo la de los candados interconectados que permanecería como fue colocada en cualquier ámbito. Las demás se alertan con intervención (o quizá sea más acertado decir “presencia del público).
Cada visita a un museo –al teatro, a un concierto o a una conferencia– viene a adherirse a la propia biografía, de modo que cuando vi por primera vez Corazonadas, realizada en Puebla, también conocida hasta donde recuerdo como pulso
, me vino a la mente el momento en el que me percaté de la existencia y la índole de este artista, a través de la mención que se hizo durante una celebración aleatoria en el Instituto Nacional de Bellas Artes, acerca de su entonces próxima participación (2007) en el Palacio Soranzo van Axel en la edición 52 de la Bienal de Venecia, algo que sorprendió a muchas personas porque Lozano-Hemmer no había acusado aún su presencia en los medios de difusión con sus artes electrónicas que requieren además de algunos conocimientos previos para ser debidamente calibradas, de un equipo competente para su instalación.