A casi 6 meses de que el fuerte oleaje y vientos le hicieron zozobrar y arrojaron su panga –la “Yaqui XIV”– sobre las piedras de “Isla de Pájaros”, Jorge Alberto Márquez Castro aún espera la ayuda institucional prometida para continuar trabajo en el mar, desarrollado hasta entonces continuadamente por más de 40 años.
“Era el 13 de septiembre, primer día de la temporada camaronera ribereña 2015-2016 y, como ya es costumbre, nos dieron la salida con mal tiempo; la fuerte marejada apagó el motor “Yamaha” de 115 caballos y, las olas hicieron el resto: nos encaramaron arriba de grandes peñascos, que destrozaron la embarcación e hicieron pedazos el motor. Tanque de gasolina, chichorros y lonche fueron arrastrados por la corriente y se perdieron”, recordó Márquez Castro.
Al presidente de vigilancia de la sociedad cooperativa de pescadores ribereños “29 de Agosto” le acompañaban Salvador Servín y Ernesto Cárdenas y los tres resultaron con golpes diversos y estuvieron en el sitio del naufragio desde las seis de la mañana hasta el atardecer; fueron rescatados por otros pangueros que venían de regreso, de “marea” y con regular producción.
Fue el único camarón que vieron los tres pescadores accidentados esa temporada, porque la panga y su destrozado motor aún están en aquella isla “y ahora sí que sin forma de rescatar algo del equipo, porque ni siquiera la Secretaría de Marina, Capitanía de Puerto o los directivos de la cooperativa que preside Andrés Grajeda Coronado se acercaron a auxiliarnos durante el siniestro; hubo ofrecimientos de Gobierno del Estado y del anterior Ayuntamiento de ayudarnos para conseguir nuevos equipos de pesca y, aún estamos esperando”, dijo.
Conocido entre la gente mar como “El Borrado”, Jorge Alberto Márquez fue socio y directivo de la legendaria Sociedad Cooperativa “Yaqui”, de la cual se desprendieron la mayoría de los organismos cooperativados ribereños hoy en activo.
En tanto le llegaba el apoyo oficial, sobrevivió económicamente de trabajos esporádicos como mecánico, automotriz y de motores marinos; “pero ya se acerca la temporada de recolección de aguamala bola de cañón y a mis compañeros y a mí nos urge salirle de nuevo al charco. Ojalá que las nuevas autoridades estatales, especialmente la gobernadora Claudia Pavlovich, se enteren de nuestra situación y nos brinden un auxilio que hasta la fecha se nos ha negado”, subrayó.