La moda que hace tiempo surgió entre los adolescentes es un problema que aún sigue prevaleciendo, se trata del llamado cutting, risuka o selfinjury, que consiste en cortarse la piel con una navaja u objeto afilado, para dejar marcas o tatuajes en el cuerpo, principalmente en los brazos y muñecas.
Navojoa ha presentado algunos casos de este trastorno mental, por lo cual se hace un llamado a padres de familia para que estén al pendiente de sus hijos y evitar que esta situación incremente, indicó Lourdes Valenzuela Gutiérrez.
La licenciada en intervención educativa especializada en trastornos juveniles, refirió que el objetivo de esta práctica es provocar sufrimiento físico para sentir un “alivio” del dolor psicológico o, simplemente, placer momentáneo.
“Las personas que son más propensas a realizarlas son aquellas que padecen depresión, ansiedad, estrés, soledad y aislamiento”, indicó.
Valenzuela Gutiérrez, asegura que es urgente restablecer los canales de comunicación interpersonales, así como prestar atención a los detalles que indiquen cambios en la conducta, estado de ánimo y percepción de la realidad de las personas depresivas.
“El cutting no es un fenómeno restrictivo para determinada edad, género o condición social; sin embargo, se ha identificado en los jóvenes con edades entre 12 y 25 años”, afirmó.
La especialista en intervención educativa, explicó que aunque es un tema nuevo que está llegando a Navojoa, en el Centro Integral de Salud Mental ya atienden algunos casos de jovencitas de secundaria y aunque no se puede hablar de cifras, es un tema que no tiene por qué ascender.
Dijo que en caso de que estas acciones no sean detectadas por los familiares, los adolescentes pueden generar una serie de alteraciones en su conducta, “les genera depresión profunda, se acercan a las drogas, alcohol y lo peor es que lleguen al suicidio; pero todo depende de cada caso”, precisa la especialista.
Agrega que cuando ellos se cortan la piel, experimentan una sensación de placer, que retribuye al sentimiento de culpa que sienten cuando hay problemas en sus familias.
“Al no tener control de lo que los rodea, reprimen sus sentimientos; y es a través de su cuerpo, se hieren ellos mismos, es como se desahogan esos sentimientos reprimidos”, puntualizó.