El crecimiento económico global en 2016 se estancará en torno al 3 %, con una ralentización en muchos países emergentes y una modesta recuperación en los avanzados, al tiempo que caen las materias primas, el comercio, los salarios y los precios, en una coyuntura de inestabilidad financiera.
Es la principal conclusión que se desprende de la revisión intermedia del informe semestral de Perspectivas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, y que lleva a la OCDE a pedir una respuesta colectiva para “fortalecer la demanda” porque “las políticas monetarias por sí solas” no funcionarán.
La OCDE también recomienda revitalizar las reformas estructurales, que a ojos de la organización pasan por un momento de relajación, y por alejarse de las políticas fiscales contractivas presentes en la mayoría de economías avanzadas, con reducciones del gasto público y/o aumento de la presión fiscal.
“Las recetas varían según el país, especialmente cuando se refieren a las políticas estructurales”, precisó la OCDE, que estima que el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) global en 2016 avanzará un 3%, es decir, la misma cifra que en 2015 y tres décimas menos que en sus estimaciones de noviembre.
Para 2017, la organización vuelve a recortar tres décimas la expansión económica de todo el planeta y deja el avance esperado del PIB en un 3.3 %.
“La rebaja en las previsiones es generalizada y refleja un amplio abanico de datos decepcionantes del cuarto trimestre de 2015 y la reciente debilidad y volatilidad de los mercados financieros globales”, apuntó la OCDE.
Esa organización no desglosa el conjunto de perspectivas para sus 34 Estados miembros, sino que se limita a esbozar las tendencias en sus mayores economías.
Así, Estados Unidos crecerá en 2016 un 2 % (-0.5 puntos respecto de las anteriores perspectivas) mientras que lo hará un 2,2 % en 2017 (-0.2), y Japón se fortalecerá un 0.8 % en 2016 (-0.2) y un 0.6 % en 2017 (-0.1).
El Producto Interior Bruto del conjunto de la Unión Europea (UE) se incrementará en 2016 un 1.4 %, es decir, por debajo del 1.5 % registrado al cierre de 2015 y 0,4 puntos menos que en la estimación previa de la OCDE. En 2017, la eurozona verá crecer su PIB un 1.7 %, tres décimas menos de los proyectado anteriormente.
“La lenta recuperación en la zona euro es un factor importante que arrastra la economía global y vuelve a Europa vulnerable ante las sacudidas globales”, dice la OCDE.
Al mismo tiempo, aplaude las medidas no convencionales de compra de deuda del Banco Central Europeo (BCE) y critica -sin nombrarlos- que algunos países estén siendo demasiado lentos al aplicar reformas estructurales.
La OCDE ofrece datos de tres de sus principales economías que comparten la moneda europea común y recorta las expectativas de crecimiento de todas ellas.
Tras crecer un 1.4 % en 2015, Alemania limitará su expansión al 1,3 % en 2016 y al 1.7% en 2017 (un recorte de 0,5 y de 0,3 puntos porcentuales, respectivamente).
Francia, con un avance del PIB del 1.1 % en 2015, crecerá un 1.2 % en 2016 y un 1.5 % en 2017, una décima menos en cada uno de los ejercicios respecto a la estimación precedente.
Italia, cuya economía creció un 0.6 % en el pasado ejercicio, incrementará su PIB un 1 % en 2015 y un 1.4 % en 2017 (una rebaja de 0,4 en el primer caso pero inalterado en el segundo año).
tcm