“Ernesto, en sus primeras etapas de vida, cuando yo todavía no lo conocía, era un bebedor heavy, pero luego renunció a toda bebida impura, como él le decía, y se dedicó a beber vino con moderación y gran placer gastronómico. Ernesto no fue médico, ni monje, pero sí un gran humanista del siglo XXI.”
A tres años de su fallecimiento, Ernesto todavía no se ha descorchado como el gran vino que es su trabajo para los lectores
, añadió Tavernier, quien adelantó que aún se encuentra sin publicar su poesía inédita, que lleva por título Poemas invernales puestos en las manos de María Luisa. Aún no tengo editorial
.
Durante la presentación, Philippe Olle’-Laprune y Quirarte se refirieron al título del volumen, Carpe risum, concepto creado por De la Peña, para remitirse al disfrute de la risa y al goce profundo de estar vivo
.
Señalaron que no se trata de un libro académico, sino ensayístico, que habla sobre la literatura y que ofrece las claves y el contexto histórico para adentrarse en la vida y obra de Rabelais, autor de Gargantúa y Pantagruel.
Con enorme conocimiento, sencillez, visión actualizada y sentido del humor, De la Peña, además de hablar de los mecenazgos, vino, tradiciones orales y poesía árabe, aborda cómo Rabelais logró escapar a los problemas de censura gracias a la risa, a lo grotesco, a la farsa
, comentó Olle’Laprune.