n el Windsor School, Óscar Roemer resultó ser el niño más creativo de tercero, cuarto, quinto y sexto de primaria. Cantábamos juntos el himno a la reina de Inglaterra: God save the Queen y hacíamos sumas, restas y divisiones en pounds, shillings and pens. Nos formábamos en la fila, Alma Slim, hermana de Carlos Slim, Mimí Helú, prima de Alma Slim, Jorge Sayeg Helú, muy delgadito, tímido, callado e inteligente también pariente de Carlos Slim, Sergio Segura, David Bejar, Alejandro Ochoa, a quien castigaron porque dijo que de grande quería ser partero
. Otro niño muy guapo y misterioso guardó sus distancias, Raúl Castellanos. Alguna vez supimos que su papá era o había sido la mano derecha de Lázaro Cárdenas. Yvonne Saniel era sobrina del rey Carol de Rumania, quien se refugió en México con su amante madame Lupescu, y vivió en Coyoacán.
Entre todos, destacaba Óscar Roemer y todavía hoy recuerdo sus gestos y parlamentos porque tenía algo del genio de Chaplin y a la hora del recreo nos hacía reír y llorar. Cuando él mismo lloraba, tomaba cada una de sus lágrimas entre el pulgar y el índice y al tirar una y después otra decía: Plunk
. Antes de que los creadores de las tiras cómicas tradujeran los sonidos en palabras: honk honk
, pum
, paf
, zas
, guau
, Óscar descubrió el plunk
.
Una mañana, su papá, Ernesto, director de orquesta, amigo de Diego Rivera acudió a la escuela y conocí a un señor alto, el pelo chino largo y alborotado, la sonrisa a flor de piel. ¡Qué bueno que tienes papá! Mi papá está en la guerra, hace mucho que no lo vemos Kitzia y yo
.
Óscar presumía mucho de su primo, Rodolfo Stavenhagen, quien iba un año más adelante y en una fiesta me sacó a bailar. ¡Que me sacara a bailar uno de sexto me provocó una arritmia que todavía dura! En las fiestas bailábamos la conga y una, dos y tres, qué paso más chévere, hasta que alguna mamá gritaba: Ya niños, van a tirar la casa
. El que mejor bailaba era Óscar Roemer, quien me advirtió: De grande, voy a ser el mejor bailarín de tango
. ¿Qué es eso?
Ya lo verás cuando te saque a bailar
. Nunca me sacó, pero por él me enteré que el tango es un pensamiento triste que se baila.