Jueves 25 de febrero de 2016, p. 3
Un territorio inexplorado, así es como el historiador Javier Garciadiego Dantán observa la segunda mitad del siglo XX mexicano. Y con esta visión se integra a El Colegio Nacional, cuya ceremonia oficial será esta noche.
En entrevista con La Jornada, considera que es uno de los momentos que tienen todo abierto para ser estudiado, del periodo cardenista a la época actual.
Por eso, sobre la mesa reposa un plan detalladamente desglosado por temas que llega a 2025, hasta que el cuerpo aguante
.
México a través de sus décadas ha titulado el seminario anual que propone revisar las efemérides de cada año, de los decenios del siglo XX. Por ejemplo, este año la lista incluye la publicación del manifiesto del plan del Partido Liberal Mexicano en 1906, el inicio de la guerra cristera en 1926 y dos especialmente importantes: la fundación de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y el inicio de la Guerra Civil española. Además, la fundación del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en 1946.
Quiero aprovechar la tribuna de El Colegio Nacional, su credibilidad, para tratar temas complicados de la segunda mitad del siglo XX
. Cuando llegue el año adecuado, enuncia, “veremos a Lucio Cabañas, el movimiento estudiantil y el de los ferrocarrileros, por ejemplo.
Si yo dijera un sueño, sería mentir
, afirma sobre el hecho de formar parte de este cuerpo colegiado fundado en 1943. Nunca, ni siquiera lo soñé
, expresa durante la cita en la biblioteca del recinto que lo acoge formalmente.
Significa un regalo que me da el destino, la fortuna, la suerte. Y también lo veo como una distinción a El Colegio de México (Colmex), donde he hecho mi trabajo; me formé de historiador, he dado clases, dirigido tesis y he publicado mis principales trabajos
. Además de haber sido su presidente, de 2005 a 2015.
Cambio de paradigma
Javier Garciadiego, nacido en la Ciudad de México en 1951, habla firme: No me considero un intelectual, sino un académico
.
En opinión del historiador, el país necesita de ambos. Sin embargo, afirma, me considero académico en el sentido de que pertenezco a una institución. Y me dedico a la docencia, a la dirección de tesis, a la investigación. El intelectual más bien es una voz pública de una gente más informada que el resto de los miembros de la sociedad
.