La mayoría de los adultos controlan el uso del móvil y suele utilizarlo para hablar o mandar mensajes cortos, pero para los adolescentes es una herramienta que va más allá de la simple comunicación, indicó Mario Valenzuela Gutiérrez.
El psicólogo del Centro Especializado de Atención Psicológica, comentó que los adolescentes han creado su propio lenguaje, le han sacado más aplicaciones de las que sus padres hubieran nunca imaginado y cada vez son más los que se pasan gran parte del día literalmente comunicando.
“El problema radica en que los padres de familia, no han puesto orden en cuándo y cuánto es el tiempo que deben dedicar a este dispositivo, llevando a sus hijos a caer en la adicción al celular, orillándolos a vivir el Phubbing”, señaló.
Valenzuela Gutiérrez lamentó que la mayoría de las madres de familia, no saben qué tanto es el uso que le dan al celular sus hijos, pero les preocupa que pasen más tiempo con el celular que haciendo alguna otra actividad.
“Muchos padres de familia, aseguran que proporcionan un celular a sus hijos para facilitar la comunicación con ellos cuando éstos están lejos, para facilitar la atención ante cualquier emergencia”, señaló.
El psicólogo señaló que el problema empezó a originarse porque el celular que se inventó para comunicarse acabó generando distancia y muchos padres sienten que cada vez que quieren hablar con su hijo éste está concentrado en su móvil.
“Desconocen qué hacer para recuperar a sus hijos, ya que por la falta de tiempo que tienen por trabajar o por no batallar con un berrinche prefieren otorgarle el aparato a pesar de que éste, acabe con la convivencia familiar”, puntualizó.