Cautiverio en el alma, quietud que presiente, túnel misterioso, calmada, sombra de silueta simbiótica proyectada en libertad
salvaje. Libido que rompe armonía al revelarse “‘ella” en perpetua orgía. Al fin, agonía, calca de otra agonía, sorprendida en fiebres, dolores delirantes que llevan a entregarse a guerras civiles, perversiones, venciendo pudores y convencionalismos en caverna húmeda y azucarada. Prisionera dentro y fuera sin fin, ramas de follaje, guardianas de la caverna. Ardorosa infiltradora de ternura en canto melancólico que rima con natura.
Orgía de la memoria que se desliza en silencio arrullador que converge en deseo angustiante de reunión. Brillo en la oscuridad, haz de tejidos de recuerdos, experiencias, vivencias, emociones. Espera de articulación de deseos y representaciones, no por insatisfechos, menos deseados. Indefinida trama de deseos, anticipo de encuentros, escritura antigua, revelación que aparece y vuelve a desaparecer, dejando huellas: huella de otras huellas que ya estaban desde antes de ya. Oración misteriosa, cárcel, dentro fuera, profunda que dora el sol, cristaliza agua, frena viento, inmoviliza llama, transforma el fuego en cálida relación simbiótica con Él
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