“No podemos negar la crisis humanitaria que en los últimos años ha significado la migración de miles de personas, ya sea por tren, por carretera e incluso a pie, atravesando cientos de kilómetros por montañas, desiertos, caminos inhóspitos”, declaró el Santo Padre en el último día de su visita pastoral por el País.
Son hermanos y hermanas que salen expulsados por la pobreza y la violencia, por el narcotráfico y el crimen organizado, destacó ante miles de personas que llegaron de diferentes partes de México.
“Frente a tantos vacíos legales, se tiende una red que atrapa y destruye siempre a los más pobres”, refirió, “no sólo sufren la pobreza sino que además tienen que sufrir todas estas formas de violencia”.
El papa Francisco se refirió a los jóvenes, quienes son perseguidos y amenazados cuando tratan de salir de la espiral de violencia y del infierno de las drogas.
“¡Y qué decir de tantas mujeres a quienes les han arrebatado injustamente la vida!”, subrayó.
Yaqui viaja de California a Ciudad Juárez
Viajó catorce horas de California a Ciudad Juárez y esperó casi doce horas más desde que llegó al lugar donde sería la misa del papa Francisco, pero para Julián Montaño Basolitimea, todo valió la pena.
La llegada del Papa representa para él paz, misericordia y bendición, así que no le resultó difícil tomar la decisión de hacer el viaje a Ciudad Juárez en compañía de su esposa, su hijo y otros miembros de la diócesis a la que pertenece en Estados Unidos.
Él es oriundo de Pótam, Sonora, pero reside en California y afirma con gran orgullo que es 100% miembro de la etnia Yaqui.