Martes 9 de febrero de 2016, p. 6
Moscú/Nueva Yok.
El nombre de esta pequeña población recuerda más bien a Wagner, pero en Valhalla, al norte de Nueva York, descansan los restos de uno de los más grandes compositores rusos de todos los tiempos: Serguei Rajmaninov, quien fue expulsado de su amada Rusia y murió en Estados Unidos en 1943.
Desde entonces sus restos descansan en una sencilla tumba en el estado de Nueva York, pero no por mucho tiempo si fuera por las intenciones de algunas personas en Rusia.
El ministro de Cultura, Vladimir Medinski, considerado un defensor de los valores tradicionales rusos, quiere que los restos de Rajmaninov vuelvan a Rusia.
Los estadunidenses se apropian de forma arrogante del nombre de Rajmaninov, como de los nombres de decenas y cientos de rusos a los que el destino llevó al extranjero
, alegaba Medinski el pasado verano.
El tema sale continuamente a la luz en círculos de Moscú, pero las oportunidades de que realmente regresen los restos del compositor no parecen buenas.
Rajmaninov huyó de los tumultos de la revolución de octubre de 1917 y de los comunistas, primero a Suiza. Pero el punto crítico de su carrera lo vivió en Estados Unidos, mientras en su país su música era despreciada por considerarla antisocialista
o incluso antirrusa
. Y murió en 1943, siendo estadunidense.
Su último descanso lo encontró en el cementerio de Kensico, en Valhalla, a las puertas de Nueva York, donde están enterrados otros personajes conocidos como Anne Bancroft, Danny Kaye y los padres de Robert De Niro.
Decisión, en la familia del autor
La tumba de Rajmaninov es un fastidio para Medinski, quien asegura que el panteón se encuentra en estado insatisfactorio
. Si por él fuera, los restos mortales del gran artista deberían trasladarse a Novgorod, al norte de Moscú.
Precisamente allí las autoridades rusas quieren convertir la antigua finca Oneg, donde el compositor nacido en 1873 pasó su infancia, en un monumento al artista, antes de 2018.
Al famoso pianista ruso Denis Mazuyev, director del Fondo Rajmaninov de Moscú, le gustaría que la tumba volviera a Rusia, pero sin aprobación de los descendientes eso no será posible, destacó.