La Cámara de Diputados hizo a un lado la propuesta de la bancada de Movimiento Ciudadano (MC) para transformar al Palacio Legislativo de San Lázaro en una “institución verde”, con el dinero que devolvió de la subvención extraordinaria que recibió en diciembre pasado.
Los diferentes grupos parlamentarios en la Cámara Baja se “autoaprobaron” en diciembre de 2015, subvenciones extraordinarias por más de 166 millones de pesos.
Sin embargo, MC regresó a las arcas de San Lázaro los 9 millones de pesos que les correspondían.
La bancada que encabeza Clemente Castañeda pidió a la Secretaría General que estos recursos se invirtieran en un proyecto integral para el manejo de todos los residuos sólidos que desecha diariamente la Cámara de Diputados y así dar paso a una agenda verde al interior de San Lázaro.
En la 62 Legislatura, la Cámara Baja pagó 4 millones de pesos a la UNAM para que especialistas trabajaran durante varios meses en 2015 para elaborar la Propuesta Técnica de Manejo de Residuos Sólidos Urbanos en el Honorable Congreso de la Unión.
El diagnóstico se realizó con el objetivo de que la Cámara de Diputados obtuviera el distintivo PUMA-UNAM ORO por el correcto manejo de sus residuos sólidos —que son más de una tonelada por día— y entregó a los legisladores una cotización de más de un millón 900 mil pesos para aplicar sus recomendaciones.
La máxima casa de estudios del país planeó la construcción de 320 contenedores para interiores con cinco divisiones de lámina que consideren separaciones para desechos inorgánicos, botellas de plástico, latas, vidrio, tetrapak, papel, cartón, entre otros. Así como 12 contenedores para exteriores —sin techo—, con sólo cuatro separaciones y que no incluya el papel y el cartón. Además de un centro de acopio general y otros nueve contenedores denominados 2000 I y 4000 I, y campañas informativas y de capacitación para el personal de limpieza.
La composición de los residuos sólidos urbanos en la Cámara de Diputados es así: luminarias, colillas, residuos finos y plásticos (26%); papel y cartón (31%); orgánico (23%), aluminio, vidrio y tetrapak (6%) y botellas de plástico (4%).
Botes de basura. Los legisladores de MC entregaron a la Secretaría General de la Cámara de Diputados la propuesta de la UNAM para que se llevara a cabo este plan durante el mes y medio que los legisladores estuvieron en periodo de receso —diciembre y enero— con los recursos que regresaron; no obstante, a partir del 1 de febrero constataron que no se hizo nada de lo sugerido por la universidad.
La diputada Mirza Flores (MC), integrante de la Comisión de Cambio Climático, denunció que la Dirección de Recursos Materiales compró e instaló recipientes que incumplen con las observaciones de la UNAM.
MC acusó que en enero se adquirieron 267 contenedores para depositar los residuos sólidos de la Cámara Baja, que tuvieron un costo de más de 600 mil pesos; sin embargo, estos contenedores no funcionan para las recomendaciones de la UNAM, pues no tienen diferentes espacios para separar la basura y solamente son “botes” con un rótulo que anuncia reciclaje.
Antes de esta compra, se habían cotizado 507 contenedores con un costo total de más de 590 mil pesos, pero estos no fueron adquiridos. Dicha compra denota que cada “bote de basura” le costó a la Cámara de Diputados 2 mil 249 pesos.
“Cuando yo regresé y no encontré el planteamiento que habíamos hecho, me dirigí directamente con el secretario general, Mauricio Farah, quien dijo que de manera oportuna habían regresado ese dinero a la Tesorería de la Federación porque era muy corto el tiempo para ejercer ese recurso en lo que nosotros habíamos pedido, que no habían tenido el tiempo suficiente, y al no hacerlo, lo regresaron”, explicó Mirza Flores, quien agregó que la responsabilidad no fue de Mauricio Farah, sino que hubo “presiones” para que se pusiera la alfombra y el piso.
Se consultó al secretario general sobre este tema, a través del área de Comunicación Social y dijo: “Esos recursos [9 millones] fueron entregados a la Cámara unos días antes del cierre presupuestal y se devolvieron a la Tesorería de la Federación”.
Sin embargo, Mirza Flores lamentó que una agenda tan importante la hayan hecho a un lado y se hayan priorizado gastos como cambiar la alfombra de la biblioteca o ponerle piso nuevo a un Centro de Investigación.