Miércoles 31 de agosto de 2016, p. a12
La presentación del cuarto libro de poesía de Juan Coronel Rivera (Ciudad de México, 1961), African Jamboree (Talamontes Editores, 2010), viene acompañada de un anuncio: su decisión de dedicarse de ahora en adelante a la poesía, la literatura, a todos los géneros, y a la fotografía
, que considera lo suyo
, y sólo hacer una curaduría por año, sobre todo en del área del arte popular, porque allí no hay curadores: hay antropólogos que tienen otro tipo de visiones
.
El nieto de Diego Rivera es muy conocido como exitoso y socorrido curador, pero poco como poeta, porque después del primer poemario, La luna y otros círculos (1989), dejó de presentarlos, aunque nunca ha dejado de escribir poemas.
Hace 30 años fundó y codirigió con Cristina Kahlo la Galería Kahlo Coronel Arte Contemporáneo y Fotografía, actividad que realizó hasta 1991. Después me absorbió por completo el sistema curatorial, hacía cuatro o cinco muestras al año
.
Coronel Rivera tiene formación de literato. Primero estudió en la Universidad Iberoamericana, donde colaboró con otros compañeros en la revista Punto Cero. Luego, en la Universidad Nacional Autónoma de México, cursó la carrera de lengua y literaturas hispánicas y editó El Faro, revista de literatura y arte (1983-1991).
La ansiedad y el viaje
Según el entrevistado, en la poesía uno tiene que encontrar su tono, lo que algunos llaman la voz interior, algo relacionado con el estilo, lo que puedo decir a través de la poesía. Es complicadísima
. En African Jamboree expresa temas muy concretos, como la ansiedad y el viaje. El tomo está hecho a la usanza de los libros de viaje de los siglos XIX y XX, ya que hay toda una cuestión metafórica que habla del mestizaje
.
El título en inglés de un libro escrito en español obedece al empleo de una idea vinculada con la esclavitud: “Cuando ocupaban parte de África, los ingleses hacían unos jamborees para ir a cazar las grandes bestias –la cubierta del volumen asemeja la piel de un felino–. El jamboree era el lunch que hacían con sándwiches durante la caza.
Lo que hago es darle la vuelta a ese concepto; entonces, describo las ciudades de Occidente como centros contaminados, degradados, donde ya todo está mal, que era como ellos veían a África, porque transportaban allí pedazos de Europa. Yo, al revés, pongo el mundo de la negritud como lo civilizado, el origen de la cultura
.