Vive en condiciones infrahumanas
Categoría: CAJEME Escrito por Luz del Carmen Paredes
Desde hace más de un mes, Luis Enrique Miranda Corbalá, un enfermo de sus facultades mentales, convirtió la entrada del fraccionamiento Las Torres en su hogar.
Sin importar las inclemencias del tiempo, pasa el día y la noche en este sitio, así como en una vivienda abandonada que se ubica a un costado de la entrada de este asentamiento humano, donde algunos de los vecinos lo vieron crecer, por lo que están pidiendo el apoyo de las autoridades para que sea trasladado a un hospital y reciba tratamiento médico.
Al acercarnos al lugar, Luis Enrique daba vueltas y nunca se detuvo para hablar, sólo daba vueltas sin parar, en medio de la basura y los fétidos olores que despide este sitio. De acuerdo con las versiones de algunos vecinos, él mismo acarrea los desechos y allí hace sus necesidades fisiológicas.
Los residentes, quienes se negaron a dar su nombre, señalaron que Luis, como lo conocen, tiene años viviendo en esta colonia, con un tío que a raíz de su enfermedad lo sacó de su casa y desde entonces vive en la calle, aunque hasta hace poco vive en este lugar.
Por su parte, Rodolfo Landeros Ávila, psiquiatra del IMSS y vecino de la colonia, comentó que el joven ya estuvo internado en un Hospital Psiquiátrico en Hermosillo y ha logrado recuperarse, pero requiere atención permanente.
Subrayó que el joven padece un trastorno afectivo bipolar, que es tratable, pero tienen que atenderlo, porque sufre de cuadros depresivos psicóticos, por lo que las autoridades del “DIF deben recogerlo y trasladarlo al Hospital General para que sea transferido a un hospital psiquiátrico”, apuntó.
Jorge Fernando Miranda Corbalá, tío abuelo de Luis y padre adoptivo, dijo que la situación es desesperante, ya que es violento y teme que pueda hacerles daño a él y a su hermana, que también está enferma de sus facultades mentales, por lo que lo sacó de su casa.
Dijo que él lo atendió mucho con diferentes médicos y que cuando salió del hospital, un tiempo estuvo muy bien, pero que se negó a tomar el medicamento “y ahora está así, yo no tengo ni la energía, ni los medios económicos para hacerme cargo de Luis Enrique”.
Indicó estar pidiendo ayuda para que lo recojan y lo atiendan, “Yo me hice cargo de ellos desde muy chicos, cuando mi hermana y la madre de ellos murieron; no tenían más familia y los adopté para que contaran con servicios médicos, pero ahora no puedo”.
Agregó: “Tengo esta tiendita, que sólo deja para comer, porque ni pensión tengo”.
Comentó que Luis Enrique tiene 33 años de edad, y que fue un niño sano, muy inteligente, que terminó la preparatoria con muy buenas calificaciones, “incluso tuvo muy buenos trabajos, pero desgraciadamente se enfermó, parece que es hereditario, porque su mamá murió “trastornada”.