En que momento los doctores y enfermeras murieron, en que momento perdieron el camino, en qué momento dejaron de ser humanos para solo ser obreros de los ingenieros.
El juramento a Hipócrates hace buen, pero buen tiempo se perdió, ya los doctores son solo obreros que van a la facultad a aprender a diagnosticar a través de la tecnología, la ingeniería los rebaso, los tomo por asalto y los doctores y enfermeras se relajaron y murieron ante los avances de la tecnología, sin los aparatos los doctores de hoy en día no saben nada, simplemente están muertos, están perdidos.
Un doctor de antes no necesitaba en primer lugar perder tanto tiempo en miles de especializaciones, cualquier médico general salía y sacaba adelante a sus pacientes sin tener un solo celular, ya no hablemos de más aparatos, un médico de antes no le temía a enfrentar cualquier enfermedad que aquejara a sus pacientes, con valor y sin tecnología enfrentaba sus retos de manera valerosa, donde se presentara la emergencia.
Un médico de antes sabía qué hacer, estaba hecho en la guerra de la vida cotidiana, sus diferentes experiencias le hacían aprender sin tener a la mano un aparato.
Un médico de antes curiosamente no tenía celular y a la hora que se ofreciera, acudía a los llamados de la sociedad. Un médico de antes era de respeto su posición en la sociedad, ya que se ganaban a pulso su lugar ante las personas, se hacían querer por las mismas.
Un médico de hoy sin tecnología no sabe dar un diagnóstico, el medico de hoy sin aparatos está ciego, está perdido, un médico de hoy es frio es inhumano ya que le vale, él se basa en lo que diga el aparatito, y sobre eso se deja ir como abeja a la miel. Un médico de ahora para operar tiene que entrar acompañado de otro centenar de médicos, para entre todos tratar de medio entender lo que antes un solo doctor entendía y dominaba a la perfección.
Pero que pasa si el aparato se equivocó, al final nada es perfecto y los ingenieros también se equivocan con sus aparatos, a pues ahí están las consecuencias de que la medicina esté en manos de los ingenieros, una falla en los aparatos, en la tecnología y el resultado es fatal para el paciente, de estar bien lo matan.
Por lo mismo hoy en día se ven más crímenes y atentados violentos en contra de los doctores, por los horrores que cometen encontrar de la sociedad.
Si bien es cierto los doctores con sentido común que juraron velar perpetuamente a favor de la sociedad murieron, solo son obreros de los ingenieros, que realmente son los que inventan, fabrican y sacan cada vez más aparatos.
El punto es que los doctores murieron, la tecnología se los comió, sin aparatos los doctores son unos descerebrados inventado diagnósticos y recetando a lo loco.
Y como dato curioso, ahora usted llama en una emergencia al doctor fuera de su horario y jamás lo encuentra, a los llamados a deshoras no acuden.
Recordemos errores tan grabes, como el del niño que le extirparon su ojo bueno, creyendo que era el malo, y si dejaron sin ojos y sin ver al niño, penoso caso ocurrido en Cd. Obregón, Sonora.
El otro día me reportaron a una enfermera que no sabe leer un termómetro de mercurio, solo digitales, pero eso si dicen que la enfermera goza de perfectas medidas 90’60’90’, está muy proporcionada, claro está que la tienen ahí por sus atributos físicos y no por sus conocimientos, triste de los que caigan en sus manos y como ella bastas son las que gozan de buenos cuerpos y cero conocimientos del tema, este reporte llego de un sanatorio de Hermosillo sonora. En resumen estimada sociedad estamos en manos de la ingeniería cada que acudimos a los hospitales y sanatorios, triste pero cierto, los médicos murieron.
Curiosamente en antaño que no éramos pacientes de los ingenieros, la sociedad vivía más anos, ahora que están muertos los médicos, la sociedad muere más joven.
Disfruten sus fiestas decembrinas, y mediten el tema, saludos.
— Láquesis.