Hoy las nuevas tecnologías, van aceleradamente. No importa el lugar del planeta donde estemos. Pero si somos dependientes de la tecnología, dígase desde una computadora personal o un dispositivo móvil, la internet. Entonces tenemos un problema de adicción.
Muchas de nosotras, miramos el horóscopo, el tiempo, quien nos dio like, en Facebook, si tenemos un admirador nuevo. Tenemos miles de seguidores, otros miles de amigos.
Pero olvidamos, las reglas más elementales de la educación, dar y recibir los buenos días, decir un simple hola como están.
Y cuantas de nosotras o nuestros hijos, a penas ni, nos hablan, cuando estamos juntos en casa, por que están, siguiendo a un amigo que conectado, en la otra parte del mundo y que por el uso horario, hay que atenderlo, o simplemente mirar la selfie que se sacó y muestra los atractivos del lugar. Les dedicamos sonrisas al celular, a la Tablet y nos olvidamos de algo tan sencillo como dedicarle esa misma sonrisa a nuestro vecino, a un niño, a nuestra pareja, en fin a un ser humano.
Y el sexo, que problema, a donde lo dejamos en esta revolución tecnológica. Las velas, los pétalos de rosas, las caricias. Lo hemos sepultado en el olvido, hacemos sexo virtual, ojo y para muchos es un medio de vida y cobran un salario por sus servicios, y lo más triste, no sabemos qué se esconde detrás de esa pantalla, tan caliente y tan peligrosa.
Cuanta de nosotras, o por que no, de ellos, se atreven a tomar un delicioso café con migo, conversar, reírnos, hacer bromas, contarnos de cómo es la vida. Y la condición que pongo, para esta cita, tan al natural, es dejar en casa el cell, la Tablet, no escuchar timbres, ni notificaciones, en fin……… Sin conexión.
Marelis Leonard López
Escritora Cubana