La contaminación por sectores económicos – La Vanguardia
Las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera están originadas, principalmente, por la actividad humana. Una de las principales causas son los sectores económicos, que contribuyen de mayor o menor manera al cambio climático.
De hecho, los procesos de combustión y la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo o gas natural) para la industria son los factores más contaminantes.
Ante esta realidad, son muchas las voces que reclaman un cambio en la manera de producir y consumir. Por ejemplo, desde la Fundación Ecología y Desarrollo (ECODES) se pone el foco en la necesidad de acelerar la transición a una economía verde, inclusiva y responsable. Es necesario impulsar modelos más sostenibles y circulares que ayuden a que la huella ecológica del ser humano sea menor.
Energía, moda y alimentación: entre los sectores más contaminantes
El sector energético es el principal causante de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, responsables del cambio climático. Esta industria representa el 80% de las emisiones de CO2 a escala mundial, según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico del Gobierno de España. Esto se debe a que la quema de combustibles fósiles sigue siendo el recurso más utilizado para producir energía.
Por ese motivo, el desarrollo e inversión en energías renovables es la clave para transformar el suministro eléctrico. La energía solar, eólica e hidráulica, la biomasa, el biogás, la energía del mar y la geotérmica constituyen una alternativa limpia y libre de emisiones. Según la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA), más del 37% del consumo eléctrico en España fue renovable en 2018 y el objetivo es que está cifra siga subiendo.
El fast fashion o la producción masiva de ropa ha colocado al sector de la moda como una de las industrias más contaminantes y con mayor impacto ambiental. La producción de ropa genera miles de toneladas de emisiones y utiliza una excesiva cantidad de agua y productos químicos, además de aumentar considerablemente las emisiones por transporte debido al auge del comercio electrónico.
Según la ONU, fabricar unos pantalones vaqueros requiere unos 7.500 litros de agua, el equivalente a la cantidad que bebe una persona en siete años. El consumo responsable, los modelos de producción sostenibles, el uso de materiales duraderos y la producción en talleres de proximidad son esenciales.
En el sector de la alimentación, uno de los grandes problemas es el consumo y la contaminación del agua. Según la ONU, se necesitan 5.000 litros de agua para producir un 1 kilo de carne. Un menú carnívoro familiar equivaldría a tirar de la cadena del wáter unas 1.500 veces.
La ganadería y la agricultura industriales también emiten gases como el metano o el CO2 por el transporte y reducen la superficie de bosques y la biodiversidad, entre otros problemas. Reducir o eliminar el consumo de carne y pescado y consumir productos ecológicos y de proximidad ayudarán a mitigar la huella humana en el planeta.
La vida urbana, otra fuente de contaminación
Aunque incide indirectamente en otros sectores, el transporte es responsable de gran parte de la contaminación mundial. En un mundo globalizado y urbano, el transporte de mercancías y de personas por aire, mar y tierra continúa creciendo. Se trata de una fuente importante de contaminantes atmosféricos, como las partículas (PM) y el dióxido de nitrógeno (NO2).
Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, más de la cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero de la Unión Europea (UE) provienen del transporte. Los vehículos eléctricos, el fomento del transporte público y los accesos peatonales, entre otras medidas, ayudan a reducir la polución de este sector.
El sector de la construcción supone otro gran foco de contaminación. Según ECODES, en el conjunto de Europa, los edificios son responsables de casi el 40% del consumo energético y del 36% de las emisiones de gases de efecto invernadero. En esta industria la polución proviene de la extracción de materia prima, la fabricación de materiales, la construcción, el uso de lo edificado y la demolición de edificios antiguos.
Estos edificios obsoletos emiten partículas finas (PM 2,5) en el aire que matan a 400.000 personas prematuramente en la UE. Para frenar el impacto del sector de la construcción es necesario apostar por edificios verdes que utilizan materiales naturales, se adaptan a su entorno natural y reducen el consumo de energía.
Toda esta contaminación tiene un coste muy elevado para la economía. Por una parte, sus efectos en la salud de las personas suponen un gran gasto para la sociedad. Por otra, también suponen una pérdida de beneficios: según la Comunidad #PorElClima, el retorno de cada dólar que se invierte en evitar la contaminación se multiplica por 30. Por todos estos motivos es tan necesaria la transición a una economía menos contaminante y más sostenible.
Fuentes: Ecodes, Comunidad #PorElClima, Ministerio para la Transición Ecológica del Gobierno de España, Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA), Naciones Unidas (ONU), Agencia Europea de Medio Ambiente
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