
Yuriria Iturriaga: No sólo de pan
Las poblaciones que se desarrollaron entre las latitudes de los 30 grados y los polos norte o sur debieron separar las gramíneas, base de su alimentación, porque en dichos territorios crecían naturalmente entreveradas pero con desfases, tanto en su respectiva altura como en el tiempo de maduración de sus granos, cohabitación que si bien permitió la hibridación natural mucho antes de su cultivo, llegó el día en que los habitantes de dichas latitudes debieron separarlos y crear los monocultivos, más fáciles de sembrar, cuidar y cosechar, mismos que, con el tiempo, exigieron una tecnología particular, como el arado para revolver la tierra, luego la yunta y el descubrimiento de las propiedades de los desechos del ganado (o de aves) para devolver a los campos una fertilidad que antes aportaba la diversidad vegetal con sus ciclos de maduración y detritus.
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