Colegas, discípulos y amigos velan a López Austin
▲ El arqueólogo y antropólogo Eduardo Matos Moctezuma (izquierda) con su colega e hijo de López Austin, Leonardo López Luján, durante el sepelio en San Jerónimo.Foto Víctor Camacho
Ángel Vargas y Reyes Martínez
Periódico La Jornada
Domingo 17 de octubre de 2021, p. 3
Todos lo querían y respetaban, fue el sentir y decir absoluto en las exequias del historiador y antropólogo chihuahuense Alfredo López Austin, que se efectuaron este viernes en la agencia García López de San Jerónimo, en la Ciudad de México.
Es una gran pérdida para el país porque él era uno de los grandes historiadores del pasado prehispánico pero también del indigenismo actual
, expresó el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma en entrevista con La Jornada, durante el sepelio.
Agregó que la figura del historiador fallecido tenía una presencia formidable en su obra, de los cuantiosos libros y artículos que escribió, pero también mediante la formación de muchas generaciones de historiadores y de antropólogos.
Reconocido junto con López Austin como de los grandes conocedores en México del pasado mesoamericano, Eduardo Matos coordinó, junto con Ángela Ochoa, la obra Del saber ha hecho su razón de ser: Homenaje a Alfredo López Austin (2017).
El ex director del Museo del Templo Mayor destacó que veía en el antropólogo “un ejemplo a seguir tanto desde la perspectiva de la investigación como desde el punto de vista humano. Alfredo era un hombre de una sencillez muy grande, prudente, las cuales son características del hombre sabio. Y él lo era.
En muchas de sus investigaciones, sobre todo aquellas dedicadas a la cosmovisión y la mitología, él se nutría de tres fuentes vitales: la arqueología, que conocía muy bien; la historia, su disciplina, a través de códices, crónicas, etcétera, de los que también era profundo conocedor, y del pensamiento indígena actual.
El ejemplo de Alfredo ahí está en su obra como hombre de bien y siempre entregado a las mejores causas. Un hombre universal, un conocedor no sólo de la cultura mexicana sino de otras latitudes.
Decenas de personas asistieron desde las 4 de la tarde a la agencia funeraria, entre familiares, amigos, colegas, alumnos y admiradores de la obra del profesor e investigador emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), fallecido la madrugada del viernes.
Entre los asistentes figuraron también la lingüista Concepción Company, el poeta nahua Mardonio Carballo, titular de la Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas de la Secretaría de Cultura federal; el etnólogo y ex director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) Sergio Raúl Arroyo
También presentaron su pésame la escritora Cristina Barros, el músico Guillermo Briseño y el poeta y periodista Hermann Bellinghausen.
El ingreso y la salida de dolientes fue constante y las tres salas dispuestas para el velorio se mantuvieron casi llenas, con las restricciones de la sana distancia, por la pandemia. Allí estuvieron la viuda del estudioso, Martha Rosario Luján, con quien estuvo casado 60 años, y su hijo, el arqueólogo Leonardo López Luján, director del Proyecto Templo Mayor. En la noche, la música de una guitarra y un canto femenino crearon un matiz melancólico.