Senadora Audelia Villarreal Zavala, al presentar dos dictámenes de la Comisión de Medio …
Intervención de la senadora Audelia Villarreal Zavala, al presentar dos dictámenes de la Comisión de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático.
19 de octubre de 2021
Versión de la intervención de la senadora Audelia Villarreal Zavala, al presentar dos dictámenes de la Comisión de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático
Con su permiso, senador Presidente.
Buenas tardes, compañeras y compañeros senadores.
Presento ante ustedes dos dictámenes aprobados por las Comisiones Unidas de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático y por la Comisión de Estudios Legislativos, Segunda, el primero de ellos se refiere a una iniciativa por la cual se adiciona el artículo 156 Bis a la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, en materia de contaminación por ruido.
Como es de su conocimiento, la contaminación atmosférica no es la única a la que nos enfrentamos los seres humanos y en general todos los seres vivos que habitamos este planeta.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud la contaminación acústica es uno de los factores ambientales que provoca más problemas de salud, se calcula que tan sólo en Europa mueren de manera prematura más de 12 mil personas por esta causa.
La pérdida de audición es uno de los efectos nocivos de la contaminación sonora, está científicamente comprobado que existen varios efectos más negativos para la salud física, pero también resultan importantes afectaciones a la salud mental de los seres vivos. Estas consecuencias psicológicas negativas producen: irritación y cansancio, perturbación del sueño, estrés, irritabilidad, pérdida de la concentración, agresividad, cansancio, dolor de cabeza, aumento de la presión arterial, alteración del ritmo cardiaco, debilitamiento del sistema inmunológico y depresión, entre otros.
La Ciudad de México está considerada como una de las diez ciudades más ruidosas del mundo, sus habitantes pierden la audición prematuramente y en promedio escuchan como una persona 17 años mayor a su edad real.
La pérdida de audición media se acelera y los niveles de contaminación acústica se acrecientan, lo que se refleja en un índice combinado de pérdidas auditivas de 1.32 %.
Para la Organización Mundial de la Salud el ruido consiste en cualquier sonido superior a 65 decibeles. Este ruido se vuelve dañino si supera los 75 decibeles y doloroso a partir de los 120.
Ante esto, el dictamen que sometemos a su consideración tiene como finalidad incorporar en la ley la definición de contaminación por ruido como todo sonido generado por actividades humanas que, por su intensidad, duración y frecuencia implique riesgo, molestia, perjuicio o daño para las personas, para otros seres vivos o para el ambiente, y los que superen los niveles fijados por las Normas Oficiales Mexicanas.
También por medio de esta reforma se establece que la Semarnat expedirá las Normas Oficiales Mexicanas para el establecimiento y operación de los sistemas de monitoreo del ruido y que los gobiernos de las entidades federativas, los municipios y las demarcaciones territoriales de la Ciudad de México realizarán los monitoreos necesarios para la prevención y el control de la contaminación por ruido.
El segundo dictamen que se somete a su consideración es el proyecto de decreto en el que se reforman el primer párrafo del artículo 139 y el penúltimo párrafo del artículo 140 de la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable.
Por medio de esta reforma se establece que, por medio del Fondo Forestal Mexicano, se deben realizar acciones para la prevención, adaptación y mitigación del cambio climático en materia forestal.
También se establece que los recursos que el Fondo Forestal Mexicano obtenga por concepto de compensación ambiental para actividades de reforestación o restauración y su mantenimiento, también podrán ser utilizados para la protección de los recursos forestales y la prevención, adaptación y mitigación del cambio climático en los ecosistemas forestales.
En innumerables ocasiones hemos comentado en esta tribuna sobre la emergencia climática que enfrentamos a nivel mundial y México es un país altamente vulnerable a los efectos negativos del cambio climático.
El aumento de la temperatura, la acidificación de los océanos, el aumento en el nivel del mar, la pérdida de biodiversidad, la deforestación, son tan sólo algunos ejemplos de lo que sufre el medio ambiente de nuestro país.
La prevención, la adaptación y la mitigación al cambio climático deben ser materia de políticas públicas prioritarias en todas nuestras reformas legislativas.
México firmó y ratificó el Acuerdo de París, presentó sus contribuciones nacionalmente determinadas con las cuales nos comprometimos a reducir las emisiones de gases efecto invernadero y alcanzar tasa cero de deforestación para el 2030.
Es urgente que aumentemos la captura de carbono y fortalezcamos la conservación de nuestros bosques para evitar la pérdida de biodiversidad y, sobre todo, proteger a las comunidades que viven directamente de los bosques.
En este sentido, la deforestación está directamente relacionada con el avance de la ganadería, la agricultura mecanizada y el desarrollo urbano o turístico.
Si favorecemos la conservación de la cobertura forestal podemos mejorar también las condiciones de vida y de los habitantes de estas regiones forestales.
El aprovechamiento sostenible de los bosques les genera empleos e ingresos a miles de familias.
Por medio de esta reforma legislativa damos un paso hacia delante en la conservación de nuestros bosques y en el mejoramiento de las políticas públicas para prevenir, mitigar y adaptarnos a transformar los efectos negativos del cambio climático.
Por estas razones, a nombre de la Comisión de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático, de la cual soy integrante, pido su voto a favor de estos dos dictámenes.
Muchas gracias.
Gracias, señor presidente.
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