NASA lanza manual para reportar evidencia de vida más allá de la Tierra
La NASA, no conforme con liderar las misiones fuera de órbita, está dispuesta a desentrañar el enigma que desde hace décadas gira en torno a la humanidad: ¿hay vida en otros planetas?. Sin embargo, los representantes del programa espacial están consientes que, este objetivo, no se logrará solo, sino como una labor en conjunto, por lo que hacen un llamado a la comunidad científica, pues hoy más que nunca, se cuenta con el potencial para develar la incógnita.
Jim Green, científico y representante de la administración espacial estadounidense, reveló que estas ambiciones serían trazadas a partir de criterios que clasifiquen los indicadores que, aspiracionalmente, esperan ser descubiertos. Para estos efectos, el experto expresó que se basarían en la astrobiología, pues esta es la disciplina que estudia el origen y la evolución del Universo.
La escala, propuesta por el programa civil espacial, estaría al alcance de científicos, divulgadores y comunicadores, pues de esta manera propiciarían un lugar común de lenguaje, a través del cual expresar la evidencia encontrada. La tentativa fue publicada en «Nature» el día de ayer, 27 de octubre.
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Para Green no es descabellado el hecho de aspirar a responder al cuestionamiento si nos encontramos solos en el Universo, ya que debido a los avances de la ciencia, esta generación «podría ser, de manera realista, la que descubra evidencia de vida más alta de la Tierra». Aunado a esto, el doctor en física espacial expresó que, es bien sabido que este tema ha sido abrazado por el interés público, por lo que no duda que se sumaran una pléyade de especialistas a dicha causa.
¿En qué consistiría la escala de la NASA para medir vida en otros planetas?
De acuerdo con la NASA, la «escala de confianza» -aún en ciernes de ser materializada- estaría basada en los criterios que forman parte de la «escala de nivel de preparación tecnológica«. Esta última fue contemplada para determinar las etapas en la que se encontraba la fabricación de una nave espacial y, si esta, estaba preparada para su lanzamiento.
«Tener una escala como esta nos ayudará a comprender dónde estamos en términos de la búsqueda de vida en lugares particulares y en términos de las capacidades de las misiones y tecnologías que nos ayudan en esa búsqueda», expresó el experto, que precede el cargo desde mayo del 2018.
El protocolo constaría de siete niveles: a través del primer de ellos (nivel uno), los científicos notificarían algún indicio de firma de vida -como se le llama a una signatura descubierta en otros planetas-. Un ejemplo de ello sería lo que ocurrió el pasado 19 de octubre, cuando astronautas de la Administración Espacial Nacional China (CNSA), mediante la extracción de rocas lunares, sugirieron que la actividad volcánica de la Luna ocurrió millones de años después de lo establecido por la ciencia previamente.
En el caso del nivel dos, el representante de la NASA indicó que los expertos tendrán que descartar o confirmar si el hallazgo, reportado durante el nivel uno, cuenta con la fiabilidad suficiente para continuar investigándolo, ya que, a menudo, los objetos observados desde la Tierra, provenientes del espacio, podrían tratarse de basura espacial, aquella que naves espaciales no funcionales, pues ya han traspasado el tiempo de vida útil con el que fueron pensados.
Por su parte, en el nivel tres tendría que comprobarse que este indicio pertenece a un entorno análogo en el que, más tarde, los técnicos de la agencia espacial puedan aterrizar y profundizar en el estudio y observación del hallazgo.
Durante el cuarto nivel, los especialistas se cerciorarían que el objeto detectado cuenta con propiedades ricas en oxígeno (O) y metano (CH4), sustancias químicas e indicadores de vida.
En lo concerniente al nivel cinco, Green reportó que las involucradas y los involucrados tendrían que observar nueva evidencia biológica, en la que imágenes satelitales comprueben presencia de ecosistemas como algas y bosques, pues de esta manera se sustentará una posible visita al planeta involucrado. Para efectuar dichas observaciones -explicó- se requerirían telescopios adicionales y un monitoreo a largo plazo.
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El sexto nivel consistiría en confirmar la presencia de vida, mediante diferentes herramientas de observación, y no limitarse sólo al uso de telescopios. Y, finalmente, durante el séptimo nivel, los estudiosos viajarán en una misión que afianzará la veracidad del descubrimiento.
En este camino, el representante de la agencia espacial reconoció que debe de actuarse con cautela, ya que a medida que los objetivos de detección de vida se vuelven cada vez más prominentes, un diálogo comunitario se vuelve trascendental. Esto debido a que es «un tema que es diverso, complicado y tiene un alto potencial para ser sensacionalista», consideró.
«Establecer las mejores prácticas para comunicar sobre la detección de vida puede servir para establecer expectativas razonables en las primeras etapas de un esfuerzo enormemente desafiante, otorgar valor a los pasos incrementales a lo largo del camino, y generar confianza pública dejando en claro que los comienzos en falso y los callejones sin salida son una parte esperada y potencialmente productiva del proceso científico», aseveró Green.
melc