Es fundamental conocer la situación de la minería si queremos que beneficie a los mexicanos
El pasado 3 de noviembre, un grupo de personas provocó con violencia diversos daños al histórico Teatro Fernando Calderón en el Centro Histórico de la ciudad de Zacatecas; de acuerdo con sus propios dichos, sus acciones tuvieron el propósito de impedir un evento convocado por el Sindicato del Personal Académico de la UAZ, el Foro: Zacatecas siglo XXI y el periódico La Jornada Zacatecas, en el que se comentaría el libro más reciente del senador de la República y dirigente sindical minero, Napoleón Gómez Urrutia. El evento formaría parte de una gira nacional que inició hace meses con el propósito de difundir la versión del legislador mencionado, sobre la lucha que fueron obligados a dar durante década y media, contra los empresarios mineros más poderosos de México, que siempre contaron con el respaldo de los gobiernos encabezados por Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto y algunos gobernadores, además de que impulsaron campañas mediáticas nunca vistas en México por su duración e intensidad, que dañaron gravemente la imagen pública del dirigente y del sindicato en su conjunto.
El contenido del libro es importante porque describe los vicios principales del régimen político mexicano, de las relaciones de los oligarcas y los gobiernos neoliberales, del mundo del trabajo, y de la procuración y administración de justicia, así como del sistema de medios de comunicación. Para los zacatecanos es doblemente importante por el hecho de que la minería es la rama industrial más importante del estado, y porque es fundamental tener un diagnóstico detallado de su funcionamiento si deseamos elaborar e impulsar un conjunto de reformas legales y de políticas públicas que propicien un cambio en la relación de esa industria con el pueblo que habita este territorio. Su problemática técnica, económica, social, ambiental, etc., es igualmente compleja e interesante y, por ello, es fundamental conocer las opiniones y posiciones de los actores más importantes de la misma. Por ello es muy lamentable y condenable que se haya utilizado la violencia para impedir la expresión de uno de esos actores.
Los hechos acontecidos el pasado día 3 y la amplia difusión que provocaron, crearon el escenario para que en las redes sociales se expresaran una variedad de opiniones que demuestran el poder de los medios electrónicos para imponer sus versiones como si fueran verdades incontrovertibles, o para silenciar hechos que las desmienten de manera contundente. El punto central de la lucha jurídica librada por los contendientes en este litigio fue la acusación de que Napoleón y varios de sus compañeros dispusieron ilegalmente de los recursos del Fideicomiso Minero. En especial, los medios pusieron el acento en el destino de 55 millones de dólares que Germán Larrea depositó para cumplir un compromiso pactado con el sindicato con motivo de la privatización de la mina La Caridad, ubicada en Cananea. El dirigente minero en esa época, Napoleón Gómez Sada, logró que el empresario se comprometiera a depositar el valor del 5% de las acciones de la empresa en el Fideicomiso Minero, lo que ocurrió varios años después. Un primer hecho que debieron dejar firme fue que el compromiso de Larrea fue entregar esos recursos al Sindicato, no a los trabajadores en lo individual, cuestión que se resolvió mediante una declaración firmada por el propio empresario. La acusación sirvió para abrir 12 procesos penales y para engañar a la opinión pública repitiendo la acusación millones de veces. El 28 de agosto de 2014 sesionó el Cuarto Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito y resolvió, igual que en los 11 procesos resueltos hasta ese día, la inocencia de los acusados.
El libro explica cómo el Gobierno de México hizo el ridículo al solicitar la extradición de Napoleón al gobierno de Canadá, el cual respondió que no existían elementos para proceder y fue más lejos, le otorgó la ciudadanía canadiense al perseguido. El mismo ridículo hicieron con la emisión de la Ficha Roja para que la Interpol detuviera al dirigente minero: la respuesta fue que éste sufría una persecución política por parte del Gobierno de México. La imagen del Gobierno de México también se deterioró ante el sindicalismo internacional, algunos de cuyos dirigentes no dudaron en expresar de inmediato, con hechos, una actitud solidaria con los perseguidos, sino que resolvieron venir a México en varias ocasiones y proponer la aplicación de una auditoría independiente al Fideicomiso en cuestión. Ellos mismos dieron a conocer el resultado de que no había causa que perseguir. Para mostrar su respaldo hasta el final, decidieron acompañar a Napoleón a rendir su protesta como senador por Morena. Por otra parte, en 2018, durante la última visita de campaña de Andrés Manuel López Obrador al municipio de Sombrerete, Zacatecas, se presentaron al evento varios representantes de los mineros de San Martín, que llevaban varios años en huelga; el ahora presidente hizo público el acuerdo que llevaría a Napoleón al Senado de la República.