El Pit-Cnt ensancha su estructura para evitar conflictos internos
Marcelo Abdala es el presidente del Pit-Cnt. Lo es luego de un congreso largo, en el que deberían haberse discutido las reivindicaciones a defender en cuanto al empleo, por ejemplo. Pero eso fue secundario. La cosa se movió por otro lado. El centro real estuvo en la campaña de cara al referéndum contra la Ley de Urgente Consideración (LUC), y sobre todo en cómo mantener, como malabaristas, a todos los sindicatos rodando en el aire -que ninguno cayera, que todos se fueran medianamente contentos.
Es fácil hacerse una idea de cómo fue que se consiguió esto. La mesa representativa por estatuto puede tener un mínimo de 27 lugares, pero no se fija un máximo. Tenía hasta el fin de semana 43 asientos. Ahora pasó a tener 48 y tres suplentes. Así, los 51 sindicatos aspirantes lograron sus objetivos. El secretariado, en tanto, pasó de tener 15 representantes a 17.
“El Turco” presidente y la estructura del Pit-Cnt quedó intacta, con su vicepresidente y su secretaria general. Y se evitó que la idea de diluir el poder, de cambiar estas figuras por las de coordinadores que no estuvieran ninguno por encima del otro, llegara a buen puerto. Que todo quedara como en tiempos de Fernando Pereira, que ahora -con la confirmación de Abdala- se acerca incluso más a la presidencia del FA, donde será apoyado entre otros por los comunistas.
El Pit-Cnt era -y sigue siendo- primero el Partido Comunista. A Abdala no le gusta que se diga así, insiste en que él representa a los obreros metalúrgicos y no a los comunistas. “Eso es cuestionar la naturaleza del Pit-Cnt. No somos una coalición de partidos”, dijo semanas atrás en una entrevista con El País. Pero lo cierto es que cualquiera con el que uno hable de la central de trabajadores advierte que casi la mitad de la estructura está en manos de la agrupación Gerardo Cuesta, que justamente se llama así por el exdirigente metalúrgico comunista que fue torturado y asesinado en la dictadura.
Entonces, el 45% de los sindicatos que forman parte de la central, son comunistas. Y estos cuentan con un gran aliado que es Articulación, la fuerza de los Pereira, de Fernando y Elbia, la líder desde hace varios años de la Federación Uruguaya de Magisterio (FUM) -al que también ha pertenecido el aspirante al Frente Amplio– que ahora es la secretaria general del Pit-Cnt. Articulación tiene poco menos de un 15% del poder. O sea, con esto, comunistas y Articulación logran el 60%.
Sin embargo, esto para algunos es poco. Y es que hay algo de lo que dice Abdala que es muy cierto: el Pit-Cnt no funciona como una coalición, pues es una estructura que no puede darse el lujo de estar dinamitada. Si una parte le pisa mucho la cabeza a la otra el desenlace puede ser fatal. Un grupo chico puede generar un escándalo grande. “El gran desafío que tenemos ahora es buscar acuerdos, unidades internas”, reconoce por ejemplo a El País Joselo López, nuevo vicepresidente del Pit-Cnt, que forma parte de En Lucha, la que representa el 25% de la estructura.
Ese 60% + 25% es lo que hizo que Abdala ganara caminando y que la estructura del Pit-Cnt se mantuviera intacta. López no quería que hubiera presidente y vicepresidente. Prefería los coordinadores. Pero acordó. Y una de las barajas que se puso en juego fue, justamente, que si En Lucha -que tiene su base en COFE– apoyaba, el dos debía ser él.
Con todo el entrevero del fin de semana, En Lucha se pone en una posición interesante, porque es más que Articulación, aunque la alianza de esta última con el Partido Comunista le sigue dando una gran cuota de poder. En Lucha, aunque es claro que es una agrupación opositora al gobierno, también ha sido bastante crítica con el Frente Amplio y suele bregar por la independencia de la central de trabajadores.
El otro “sector” grande que queda en el Pit-Cnt es el llamado Grupo de los 8. Son, dicen todos, “los más radicales”, y los que en el congreso pasado tuvieron una actitud más beligerante en cuanto a aquellos sindicatos que no son tan enfáticos contra la administración de Luis Lacalle Pou. Son más o menos un 10% de la estructura. Queda un 5% (en realidad un poco menos), que se diluye por ejemplo entre el sindicato de la bebida y el policial (aunque sostiene que sigue siendo parte de Articulación), del que estuvo en discusión su expulsión en el congreso.
¿Cómo queda el Pit-Cnt ahora? Listo para dar pelea. Abdala dice a El País que el primer objetivo es ganar con la lista 11 la elección en el BPS, donde se pretende pujar en contra de una reforma jubilatoria “que castigue a los trabajadores”. Y después, la LUC. “Luego vendrán los desafíos que resolvió el congreso”, como lo que tiene que ver con la mejora del empleo.
El expresidente del Pit-Cnt, Pereira, en tanto declara a El País: “En el Pit-Cnt construyeron con unidad, lo hicieron con madurez y han ido camino a la paridad. Han encontrado mecanismos para que esto funcione y lo que resuelven los trabajadores en general es sabio”.