A un paso de la diabetes tipo 2: El impacto del sobrepeso y la obesidad … – La Jornada Maya
Especial: Menos azúcar
El acceso indiscriminado de las personas menores de edad al consumo de alimentos industrializados y a la comida chatarra es una de las causas del incremento en México de casos de diabetes infantil tipo 2, una enfermedad que es prevenible.
A diferencia de la diabetes tipo 1, que surge por factores genéticos y no se puede prevenir, el tipo 2 es menos común en la población infantil mexicana, sin embargo, los deficientes hábitos alimenticios han abonado a que cada año se reporten más casos.
“La diabetes tipo 2 en los niños es extremadamente infrecuente, pero si se ha registrado mayor cantidad de casos es debido a la mala calidad en el régimen alimenticio, al sedentarismo y, obviamente, a las pocas medidas preventivas que se tienen en instituciones públicas, pero también a la mercadotecnia que bombardea a los niños para el consumo de alimentos y bebidas hipercalóricas”, señala Sergio Alberto Mendoza Álvarez, académico de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Medicina de la UNAM.
De acuerdo con información difundida por la UNAM, antes de los años 90, de cada 100 menores de edad con diabetes, sólo 2 por ciento correspondía a la tipo 2, y ahora ha aumentado hasta 22 casos.
El Anuario de Morbilidad de la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud señala que de 2016 a 2019 no hay registros de menores de 0 a 9 años con diabetes tipo 2; sin embargo, la población que presenta este padecimiento en un rango de edad de 10 a 14 años ha incrementado al pasar de 230 casos en 2016 a 323 en 2019.
El sobrepeso y la obesidad son un puerta de entrada a la diabetes infantil tipo 2, condiciones que dependen de los hábitos de vida de las personas.
“La alimentación es un elemento que determina la salud de nuestro peso corporal. Empobrecer el consumo de verduras, de leguminosas aumenta el consumo de alimentos ricos en calorías… La sociedad industrializada que sigue más costumbres occidentales que nuestras costumbres antiguas nos expone al consumo de alimentos más baratos, más accesibles y más ricos, pero que tienen mayores cantidades de grasa, azúcar y calorías en general”, explica la endocrinóloga Abril Arellano, vocera de la Federación Mexicana de Diabetes.
La familia, el núcleo de la prevención
En el caso de los menores de edad, los padres, tutores o cuidadores tienen una amplia responsabilidad en la promoción de hábitos saludables, que pueden marcar la diferencia entre prevenir o no la diabetes infantil tipo 2.
“Hace muchos años no existían tantas comidas rápidas o procesadas, ahora las tenemos al alcance de la tienda, eso hace que los menores lleguen a ellos. Y los papás o cuidadores las compran y facilitan su consumo. Además del acceso a estos alimentos no recomendados, los menores no hacen ejercicio o alguna actividad física, por eso la diabetes aparece en edades más tempranas”, advierte Manuel Sevilla Domingo, pediatra endocrinólogo del IMSS Yucatán.
Al respecto, Abril Arellano señala que el trabajo comienza desde el nacimiento, al ofrecer únicamente leche materna a los bebés y evitar el consumo de fórmulas industrializadas; durante los primeros años de vida, cuando en pleno desarrollo se restringe el consumo de alimentos inadecuados, como la comida chatarra; y continúa en la etapa escolar al ofrecer únicamente alimentos saludables y agua potable en las escuelas.
“Si un niño llega con exceso de peso a los 7 años y persiste con malas costumbres tendrá 80 por ciento de posibilidades de vivir toda su vida con exceso de peso. Eso es muy grave porque el niño no tiene opción de demandarle a sus padres mejorar sus hábitos de vida”, señala la especialista.
Los especialistas coinciden en que la prevención juega un rol importante en los casos que involucran menores de edad. Algunos síntomas que deberían obligar a una visita al médico son el sobrepeso u obesidad, un exceso de ganas de orinar, demasiada sed, hambre insaciable o acantosis nigricans, que es la pigmentación oscura en los pliegues de la piel.
De ahí que la propuesta sea integral: desde campañas de prevención de obesidad y sobrepeso, hasta legislación para prohibir la comida chatarra en los planteles educativos, así como detección temprana de casos de riesgo por parte de las instituciones de salud y el apoyo sicológico a la familia.
“Las personas que empiezan con diabetes antes los 40 años pueden desarrollar complicaciones a temprana edad, como pérdida de la visión, problemas renales, amputaciones de extremidades y pérdida de la capacidad de generar trabajo, riqueza o economía. Esa familia sufre encima de una enfermedad, una situación económica adversa y no va a tener para comer mejor. El tratamiento de la diabetes, además de incluir a la familia, debe incluir aspectos de higiene mental, de siquiatría o sicología que nos permita mostrar que hay luz en esos túneles oscuros”, expresa Abril Arellano.
El especialista de la UNAM, Sergio Mendoza, asegura que debe existir una capacitación para que padres, tutores o cuidadores de los niños, niñas y adolescentes conozcan qué tipo de alimentos y bebidas pueden consumir los menores de acuerdo a su edad, peso y estatura.
Pese a que el escenario de un menor de edad que padece diabetes tipo 2 pudiera ser negativo si no existe un tratamiento adecuado, Manuel Sevilla, del IMSS Yucatán, recuerda que el cambio de hábitos tiene gran repercusión en la calidad de vida de las personas.
“El niño con diabetes debe saber que la diabetes no lo define, es una condición con la que vive, pero no lo limita en sus actividades diarias. Los niños pueden tener una vida normal, siempre y cuando cuiden su alimentación, que aprendan de cantidades. También se recomienda una actividad física, como cualquier otro paciente, como cualquier otro niño. La diabetes no los hace niños enfermos, llevan una vida ‘normal’ sólo con adecuaciones”, explica.
En busca de concientizar sobre los efectos que genera en el organismo el exceso de glucosa en la sangre, cada 14 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Diabetes; a propósito de ello te invitamos a leer el especial preparado por nuestros reporteros y que da cuenta de la urgencia de moderar el consumo de azúcar en la península de Yucatán:
–Consumo de bebidas azucaradas en Yucatán rebasa media en 47 por ciento
–Aumenta 37 por ciento diagnóstico de diabetes mellitus en Yucatán
–Bebidas azucaradas entre niños, »hay que acostumbrarlos a pequeñas cantidades»: nutrióloga
–Najmal u ts’a’abal u p’iisil u yu’uk’ul ch’ujuk ba’al tu lu’umil Yucatán
Edición: Laura Espejo