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Ecoescuelas: educando a los más peques en el respeto a la naturaleza y al medio ambiente
En 2022 se cumplen 30 años de la celebración de la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro. El mismo tiempo que llevan en marcha el Proyecto Ecoescuelas, un programa pionero en educación por el medio ambiente que surgió de esa reunión internacional. “Las ecoescuelas nacen en el año 1992 como respuesta a las necesidades que se identifican en la Conferencia de Naciones Unidas sobre medio ambiente”, explica Carmen Fernández-Enríquez, coordinadora del Programa Ecoescuelas en la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (AEAC).
Se trata de un programa internacional en el que participan 59.000 colegios de 68 países repartidos por todo el mundo
Tres décadas dedicadas a concienciar a alumnos, profesores y padres en medio ambiente. Un programa que involucra a toda la comunidad educativa y que, inspirados en la Cumbre de Río, decidieron pasar a la acción. Técnicos, diplomáticos y políticos llevan reunidos dos semanas en la cumbre del clima (COP26) de Glasgow y de ahí deberían salir compromisos concretos de los países. En Río, hace 30 años, los colegios ya decidieron apostar por la educación ambiental, y en ello siguen.
Repartidas por todo el mundo
El Proyecto Ecoescuelas es un programa internacional en el que participan ya 59.000 colegios de 68 países. En España empezó en 1998 y ya hay 579 centros de enseñanza de 15 comunidades autónomas y Melilla. Las ecoescuelas abarcan todos los niveles educativos (Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato) y también hay centros de adultos de educación especial o de formación de idiomas o música. Hay colegios privados, concertados y públicos dentro del programa.
Jose Luis Gallego
A nivel internacional, Fundation for Environmental Education (FEE) puso en marcha el programa en Dinamarca, Alemania, Grecia y Reino Unido en 1994, con el apoyo de la Comisión Europea, y en 2003 la ONU reconoció la iniciativa de las ecoescuelas promoviéndola en todo el mundo.
“Todas las ecoescuelas siguen una metodología común basada en siete pasos, que lo que pretenden es la participación de toda la comunidad educativa en el programa, un aprendizaje basado en la investigación y en la acción y una cooperación entre centros”, explica Carmen Fernández-Enríquez.
Los siete pasos para formar parte del programa de las ecoescuelas son formar un comité, hacer una ecoauditoría para analizar la situación de cada centro, integrar en el currículum escolar todas las acciones que van a realizar para que sea un proyecto trasversal, diseñar el plan de acción y hacer un seguimiento y evaluación de todas las actividades periódicamente, hacer una difusión y diseñar un código de conducta con los compromisos que se llevan a cabo en el colegio.
Aprendiendo a reducir nuestra huella ecológica
Uno de los principales objetivos de las ecoescuelas es reducir la huella ecológica del centro y conseguir un entorno escolar más sostenible. Se trabaja con los niños y niñas en acciones concretas para que vean que realmente es posible el cambio y sus acciones tienen impacto. A los alumnos se les inculca el sentido de la responsabilidad y se crea una mentalidad sostenible que pueden aplicar en su día a día.
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Las acciones que se llevan a cabo en el centro también involucran a la comunidad local, ya que el colegio no es un ente aislado y se busca que se consoliden patrones más sostenibles y ambientalmente responsables en toda la comunidad. “Lo más fácil es motivar al alumnado y los que están más concienciados desde el principio”, apunta Carmen Fernández-Enríquez.
La importancia del agua, la energía y los residuos
Cada año se trabaja un tema en concreto. Los tres primeros años que participan en el programa se trabajan agua, energía y residuos, en el orden que cada centro elija, y en el resto de años se trabajan temas de movilidad sostenible, biodiversidad, entorno escolar, medio marino, cambio climático, igualdad y hábitos de vida saludables, entre otros.
“Nosotros les proponemos temas, pero también cada centro ve las necesidades que tiene y, si un año, por ejemplo, van a poner en marcha el huerto escolar, pues ese año trabajan biodiversidad o, si ven un problema con la movilidad de las familias en la llegada al centro por las mañanas, entonces trabajan la movilidad sostenible; o la alimentación si ven que hay algo que mejorar en los almuerzos que llevan los niños al cole. Depende del análisis que hagan, tratan unos temas y nosotros les apoyamos con recursos y sugerencias de actividades”, expone Fernández-Enríquez.
Durante el curso también se les da formación a los profesores para orientarlos sobre los diferentes temas, y tienen experiencias de hermanamiento entre coles de diferentes países. En los últimos años, el interés por participar en el Programa de Ecoescuelas ha crecido mucho. “Con la pandemia, el año pasado se ralentizó, pero este año hemos tenido un pico alto de solicitudes”, apunta Fernández-Enríquez. Colegios que apuestan por una educación ambiental trasversal.