Proyectos opuestos: en la elección más decisiva desde que volvió la democracia, Chile decide entre Boric y Kast
SANTIAGO, Chile.– Tras una campaña llena de condimentos, con dos polos que debieron moderarse para ampliar su base de apoyo y una incertidumbre ante el resultado jamás vista desde el retorno a la democracia, los chilenos votarán hoy a su próximo presidente en un ballottage que enfrentará a dos posiciones completamente antagónicas: el izquierdista antineoliberal Gabriel Boric, y el líder de la ultraderecha José Antonio Kast.
Más de 15 millones de chilenos están habilitados para votar en la elección presidencial –incluyendo a quienes viven en el extranjero–, aunque se espera que la cifra de participación se aproxime al 50%, un porcentaje similar a quienes concurrieron a las urnas en la primera vuelta. Por tal motivo, y al ser una única elección, se espera que el proceso sea mucho más fluido que el anterior y que cerca de las 20 exista certeza sobre el ganador.
Tras los multitudinarios cierres de campaña, Boric y Kast realizaron sus últimas actividades en terreno. La carta del bloque de izquierda se dirigió a su ciudad natal, Punta Arenas, donde votará esta mañana para luego viajar a Santiago y esperar los resultados en su búnker.
“Yo voy a votar con tranquilidad, con esperanza, con esa esperanza que le va a ganar al miedo”, dijo Boric, quien en primera vuelta logró un mayor apoyo entre los jóvenes y las mujeres, pero no tuvo buenos resultados en regiones del norte chileno y zonas rurales.
Kast, en tanto, se refugió en Santiago junto a su familia y miembros de su comando, y utilizó las redes sociales para criticar con dureza lo que ocurrió en el acto artístico de su rival, donde la cantante Camila Moreno interpretó una canción a la que le incluyó la frase “que se mueran Kast y Piñera”.
“Si en un acto de campaña algún ‘artista’ hubiese llamado a matar a Gabriel Boric, la prensa y la elite política habrían explotado”, dijo en su cuenta de Twitter el líder del Partido Republicano, en una de las últimas polémicas que han alborotado una campaña que alcanzó altos niveles de virulencia.
“Ha sido una segunda vuelta bastante ruda, llena de fake news y acusaciones; cosas que no han ayudado a que haya mayor participación”, señaló el sociólogo y experto electoral Axel Callís.
En ese sentido, el presidente del consejo directivo del Servicio Electoral (Servel), Andrés Tagle, confirmó la presentación de una querella contra el activista de ultraderecha Sebastián Izquierdo –reconocido por liderar las marchas del Rechazo–, luego de que llamara a “hacer trampa” en el ballottage para perjudicar a Boric. Dicha acción también se sumó a otro anuncio de querella contra el expresidente de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), Vïctor Chanfreau, que llamó a esconder cédulas de identidad de quienes voten por Kast.
De la mano de una visión que promueve un Estado más presente para responder a una serie de demandas sociales, Boric se erigió en las últimas horas en el favorito del ballottage.
Pese a que la ley electoral chilena prohíbe la publicación de encuestas 15 días antes del desarrollo de los comicios, una encuesta privada de la empresa Cadem le endosó favoritismo al exdirigente estudiantil. De acuerdo con este estudio, un 52% de los encuestados votaría por Boric frente a un 48% que lo haría por Kast.
“La participación electoral será clave para definir el resultado. Más aún, la composición de quienes voten. Si la elección se parece más a una presidencial con voto voluntario, donde votan más las personas de estratos socioeconómicos más altos, entonces tiene más posibilidades Kast. Si, en cambio, se parece más a la elección del plebiscito donde votaron mujeres, jóvenes y en la que el sesgo de clase disminuyó, entonces Boric tiene más posibilidades”, dijo a LA NACION Mario Herrera, académico del Centro de Análisis Político de la Universidad de Talca, que también desmenuzó la composición de los apoyos de ambos candidatos.
“A Kast le va mejor en las regiones del centro-sur del país. Particularmente, en la región de la Araucania. Boric, en cambio, obtiene mayor apoyo en los núcleos urbanos y, principalmente, en la Región Metropolitana [Santiago]. Dos comunas bisagra van a ser La Florida y Puente Alto. Boric ganó en primera vuelta en esas comunas, pero sus alcaldes comprometieron apoyo por Kast de cara a la segunda vuelta. También será clave lo que ocurra en las regiones del norte del país, donde existe un alto nivel de volatilidad electoral y bajo nivel de votación por partidos políticos tradicionales”, añadió Herrera.
Para el analista y cientista político Mauricio Morales, la composición de los apoyos hacia los candidatos también está relativamente clara. “Entre los jóvenes de 18 a 29 años Boric se impone con claridad y Kast tiene sus mejores resultados en hombres de 50 años o más; en las comunas más ricas de Santiago, y también en las comunas más pobres del país”.
Durante la campaña, también surgieron nuevos liderazgos bajo el amparo de ambas candidaturas. Dos rostros claves fueron Izkia Siches en la campaña de Boric y Paula Daza en la campaña de Kast.
“Las dos son figuras con altos niveles de popularidad, un perfil más moderado y están alejadas de la primera línea de los partidos políticos. Contribuyeron a solucionar parte de los problemas de los dos candidatos con las múltiples vocerías que tenían que, en algunos casos, se prestaban para contradicciones programáticas”, señaló el investigador Mario Herrera, que abordó el giro de ambos candidatos.
“Se parece al plebiscito de 1988, que significó el fin del gobierno de Augusto Pinochet, por cuanto las dos opciones parecen extremas. Efectivamente, no hay más candidatos a la derecha de Kast y, aunque exceptuando a Artes, tampoco uno más a la izquierda que Boric. Sin embargo, los dos candidatos de cara a esta segunda vuelta llegan con un discurso moderado. Si bien Boric desde la primaria presidencial ha mostrado un programa moderado para su sector, en esta elección tuvo que avanzar aún más hacia el centro, posicionándose como un candidato socialdemócrata. Kast, por otro lado, tuvo que abandonar un programa de extrema derecha para acercarse a posiciones más moderadas. En ambos casos, este movimiento al centro generó contradicciones evidentes entre las posiciones de los candidatos, sus programas y sus voceros”, concluyó Herrera.