Instalan comedor comunitario por Navidad para gente vulnerable en CDMX – Noticieros Televisa
Este 25 de diciembre y desde temprano la gente en situación de calle, desempleados y adultos mayores sin familia, hicieron fila para entrar al comedor comunitario de la Comunidad de Sant Egidio, localizado en Jalapa 18, en la colonia Roma Norte de la Ciudad de México.
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Se trata de un movimiento internacional de laicos, reconocidos por la Santa Sede, que en más de 70 países del mundo ayuda a los más vulnerables.
A través de donaciones se reunieron alimentos suficientes para dar un festín a los más necesitados.
“Como se celebra Navidad en nuestra casa, damos un menú especial, que es pollo a la italiana, con pasta o puede ser con cuatro quesos, puede elegir lo que desee, un poco de fruta, ponche. Es importante comentar que a lo largo del año las personas vienen a comer aquí, aquí recibimos semanalmente a más de mil 200 personas”, dijo Cesar Cárdenas, responsable de la comunidad de Sant Egidio México.
Dicen que después de la pandemia el número de personas que acude a comer aquí es mayor; gente que se quedó sin empleo y sin recursos para alimentar a su familia.
Todos los que atienden a la gente son voluntarios, profesionistas, estudiantes, amas de casa.
“Yo cené con mi familia, con mis primos, nos desvelamos, pero hoy me levante temprano, con entusiasmo de venir a ayudar, yo también tengo poco tiempo ayudando, tengo medio año, pero me gusta venir”, dijo Paloma, una voluntaria.
Paloma se acercó a Juan López, un abuelito de 77 años, que vive solo, porque no quiere dar problemas, dice, a sus hijos, ya no tiene empleo, por eso viene a comer dos veces por semana a este comedor. El dinero que obtiene cuando alguien le paga por hacer mandados, los usa para pagar su renta.
“¿Y cuánto paga de renta? 800 pesos, es un cuartito aquí en la colonia Anáhuac, pero es en la azotea. ¿Con quién vive? Solo. ¿Y su familia? Pues están aparte, no quiero darles problemas llego a saludarlos, pero no quiero ubicarme con ellos, porque la situación económica es difícil y para que me estén sosteniendo, mejor salgo a buscar”, dijo Juan López, beneficiario.
Dice que la vida le ha enseñado a ser feliz solo y disfrutar la vida al máximo dándole un valor especial a situaciones que para muchos no tienen sentido.
“Me divierto mucho. ¿Cómo? Salgo a caminar al jardín, por ejemplo, ahorita que están esto del Cablebús, me voy por allá. ¿Le gusta subirse al Cablebús? Sí, me gusta o en el Metrobús, me voy de Indios Verdes a Campo Marte, en el dos pisos, me divierto, es mi diversión”, agregó Juan López.
Anoche cenó solo y así la pasará el fin de año.
“Cené unas tortas que nos dieron y un ponche. Cené bien. ¿Padece alguna enfermedad? Ninguna, estoy perfectamente bien”, concluyó.
Juan se fue contento, le regalaron una cobija, unos suéteres y pidió una chamarrita para su nieto de 2 años, porque está reuniendo algunas cosas para regalárselas el 6 de enero.
La gente como Juan, comió en abundancia.
Pero la mayoría agradeció que en Navidad alguien se preocupara por ellos.
Cada uno tiene una historia de soledad y necesidad que conmovería a cualquiera.
Todos vienen una o dos veces por semana a este sitio, que permanece abierto no solo para los más vulnerables, también para aquellos que quieran ayudar alguien.
Con información de Guadalupe Madrigal
HAVJ