¿Cuál es el impacto climático de nuestra comida? – ECOticias.com
- Según un reciente estudio llevado a cabo por la Universidad de Oxford, la producción de alimentos es responsable de más de una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero, agravando el calentamiento global y el cambio climático.
Buenos consejos
Sin embargo, los investigadores encontraron que el impacto sobre el medio ambiente que tiene cada tipo de alimento es diferente. Los resultados han evidenciado que la carne y los subproductos animales son los mayores responsables de una altísima producción de gases de efecto invernadero, durante todo su ciclo (crianza, sacrificio, producción de subproductos, transporte, etc.), aunque solo aportan a nuestra dieta una quinta parte de las calorías totales.
De todos los productos que fueron analizados en dicho estudio, se concluyó que la carne de vacuno y la de cordero son las que resultan más perjudiciales para el medio ambiente. Estos hallazgos son una confirmación de que, las recomendaciones de los gobiernos, la OMS y la UE de reducir el consumo de estas carnes no están erradas, ni mucho menos.
Según el mencionado estudio que fue publicado en la revista Science, consumir muchísimos menos productos lácteos y carnes puede lograr que cada persona reduzca su huella de carbono de manera muy significativa. Cuanta más gente lo haga, menos será también la incidencia sobre el cambio climático de los alimentos en general.
Bajando la huella de carbono
Detrás de los mayores problemas medioambientales que experimenta el mundo (cambio climático, calentamiento global, modificaciones drásticas en la biodiversidad, etc.) está lo que comemos, puesto que influye cómo producimos los alimentos (ganadería y piscicultura intensiva, monocultivos, pesca no sostenible) y qué uso le damos (procesamiento, desperdicio, etc.).
Los científicos aconsejan que se realice un cambio de dieta, que implique una reducción importante del consumo de carnes y lácteos, con el fin de que la huella de carbono personal también disminuya, puesto que su esfuerzo ahorrará agua, rebajará los índices de contaminación, preservará bosques y selvas y mucho más.
Si ello se logra realizar a escala mundial se podría, según estos científicos, reducir de forma drástica las emisiones asociadas a los alimentos y disminuir hasta en un 75%, la cantidad de suelos dedicados a la producción alimenticia, puesto que la mayoría de los cultivos se emplean para alimentar animales y no personas.
Además, es fundamental cambiar los hábitos de transporte, ya que el tren y la movilidad eléctrica son los medios menos contaminantes, frente al resto de las opciones (aviones, buses, coches tradicionales, barcos). Reciclar nuestra basura y reutilizar y reparar todo aquello que sea posible, también son factores clave para disminuir la huella de carbono personal.
Impacto directo de la comida
La carne y los lácteos no son los únicos alimentos que perjudican al medio ambiente y cuya mengua en el consumo puede hacer una gran diferencia, el café, el aceite de palma, los aguacates y el chocolate se producen en áreas que se roban a las selvas mediante la deforestación, un proceso que también dispara los índices de emisión de gases.
Cuando son producidos de forma industrializada, las hortalizas, frutas, cereales y verduras son responsables de enormes daños al medio ambiente, ya que su cultivo implica el empleo de agroquímicos, maquinaria y otros elementos, que degradan y contaminan los suelos, el aire y el agua, además de aportar agentes tóxicos a los alimentos.
Para evitarlo, es importante elegir con cuidado lo que comeremos prestando atención a su origen (el transporte también genera gases de efecto invernadero), la forma de producción y la temporada. Comprar alimentos ecológicos, recién cosechados y locales, es la mejor de las elecciones para nuestra salud y nuestra huella de carbono.