Un adolescente rastreaba el paradero del jet de Elon Musk y lo tuiteaba. Luego llegó un mensaje directo
Sweeney dijo que se estaba quedando dormido cuando su teléfono Android zumbó a las 12:19 a.m. del 30 de noviembre. Había estado en su dormitorio, donde varios carteles promocionales de SpaceX, la empresa de exploración espacial de Musk, colgaban en la pared sobre su cama, según una fotografía compartida en la cuenta personal de Twitter de Sweeney.
Sweeney hizo una contraoferta a Musk, según las capturas de pantalla del intercambio, y le dijo que abandonaría la cuenta si Musk subía la oferta a 50.000 dólares. Dijo que también estaba dispuesto a aceptar un Tesla Model 3, un carro eléctrico que cuesta más de 38.000 dólares, añadiendo que estaba bromeando.
En el intercambio, se le preguntó a Sweeney cómo había podido rastrear a Musk. Explicó que había obtenido los datos del transpondedor del avión. Cuando le dijeron que pagarle por cerrar la cuenta de Twitter no parecía buena idea, Sweeney hizo otra propuesta: ¿Qué tal una pasantía?
El intercambio, que se prolongó durante más de un mes, se silenció después del 23 de enero.
Sweeney restó importancia a los problemas de privacidad y seguridad asociados a su cuenta de rastreo de Musk, que tiene más de 305.000 seguidores.
“Es un avión privado, así que va directamente del avión al carro”, dijo, y añadió que desde hace tiempo le fascina el seguimiento a los aviones. “No creo que sea una preocupación tan grande. A algunas personas solo les interesa ver a dónde va”.
Sweeney dijo que obtuvo los datos para sus cuentas de seguimiento de aviones de ADS-B Exchange, que se describe a sí misma en su sitio web como la mayor fuente del mundo de datos de vuelo sin filtrar.
Dan Streufert, fundador de ADSBexchange.com L.L.C., dijo en un correo electrónico el miércoles que cualquiera con equipos básicos de electrónica podía obtener las señales de los aviones que transmiten su ubicación. La información también está disponible escuchando a los controladores aéreos, añadió.