El dramático final de la Estación Espacial Internacional: se estrellará con la Tierra
Hasta 2030 está estipulado que funcione Estación Espacial Internacional y, una vez cumpla su ciclo, no quedará perdida en el espacio, como muchos objetos espaciales, sino que caerá de nuevo en el planeta, atravesando su atmósfera, y chocando en el mar Pacífico en el 2031.
Se trata del gran módulo espacial que está en la órbita terrestre desde 1998, hace 23 años, y que en menos de una década se perderá para siempre en el fondo del mar; un final dramático que acaba de anunciar la Nasa.
El proyecto conjunto en el que participaron cinco agencias espaciales y que alberga tripulación desde el año 2000, ha llevado a cabo más de 3.000 investigaciones en sus laboratorios.
Caerá en el punto más alejado de tierra firme de todo el planeta, una zona conocida como Point Nemo, o el Punto Nemo, y no es la primera vez. De hecho, en ese lugar han caído los satélites más antiguos, otras partes de naves, desechos espaciales, y hasta la estación espacial rusa Mir en 2001. Mejor dicho, se conoce como cementerio de naves espaciales. La zona más cercana es la isla Ducie, a 2.688 km.
Para lograrlo, una misión controlará remotamente a la estación para alinear su trayectoria final con el objetivo en tierra, en este caso, el Point Nemo.
El sueño que comenzó hace más de dos décadas y que en un espacio tan grande como una cancha de fútbol que permite la presencia constante en el espacio y la experimentación a bordo que acercará al humano a la Luna, Marte y otros astros, estaba previsto para terminar en 2024, pero en acuerdo con los socios, será en 2030.
¿Qué pasará después?
Es como una casa grande de muchas habitaciones, según la describe la Nasa, pero en el futuro este tipo de experimentación deberá ser diferente.
Para esto, la agencia estadounidense anunció que deberá ser con pequeños “apartamentos”, estaciones más especializadas que generen menos costos de operación, menos mantenimiento y mayor colaboración, para que el espacio sea accesible para más personas y se liberen recursos de la Nasa.
Será una transición al sector comercial en las futuras actividades en la órbita terrestre baja. “El sector privado es técnica y financieramente capaz de desarrollar y operar destinos comerciales de órbita terrestre baja, con la asistencia de la Nasa”, dijo Phil McAlister, director de espacio comercial de la Nasa.
Así, la agencia estadounidense solo deberá pagar por los servicios que requiera, porque serán empresas privadas, comerciales, las operadoras y propietarias de las próximas estaciones.
Y ya se está caminando hacia ese futuro: hace dos años, en 2020, la Nasa seleccionó a Axiom Space para proporcionar un módulo comercial habitable para conectar a la Estación Espacial Internacional y el año pasado, en diciembre, otorgó acuerdos de actos espaciales a Blue Origin, Nanoracks y Northrop Grumman para desarrollar destinos de vuelo libre.
Esto acerca a la humanidad a una órbita terrestre abierta, habitable, accesible, de todos.