Kraken – Guillermo Fárber – El Horizonte
Este término se usa mucho en el jaloneo electoral gringo (porque hay un megaultrahiperjaleo entre trumpistas y dems).
Wikipedia: El kraken (/ˈkrɑːkən/) es una enorme y colosal criatura marina de la mitología escandinava descrita comúnmente como un tipo de pulpo o calamar gigante o medusa que, emergiendo de las profundidades, ataca barcos y devora a los marineros. El mito puede realmente haberse originado en avistamientos de calamares gigantes reales que estimadamente tendrían de 33 a 45 metros de largo, incluyendo los 10 tentáculos. Se podría decir que es aún más grande que el megalodón.
Etimología
Kraken es la forma en artículo definido de krake, una palabra escandinava que designa un animal enfermizo, o algo retorcido. En el alemán moderno, krake (singular y declinado en plural: kraken) significa pulpo, pero puede también referirse al legendario Kraken.
El nombre de kraken suele asociarse popularmente a la especie de calamar gigante Architeuthis dux, de la cual hoy en día poco se sabe, debido a la gran profundidad a la que habita.
Historia
Aunque el nombre kraken nunca aparece en las sagas noruegas, hay monstruos marinos similares, el hafgufa y lyngbakr, ambos descritos en la saga Örvar-Oddr y en los textos noruegos de 1250, Konungs skuggsjá. Carlos Linneo incluyó al kraken como cefalópodo con el nombre científico de Microcosmus en la primera edición de su Systema naturæ (1735), una clasificación taxonómica de organismos vivos, pero excluyó al animal en ediciones posteriores. El kraken también es extensivamente descrito por Erik Pontoppidan, obispo de Bergen, en su Historia Natural de Noruega (Copenhague, 1752-3).
Cuentos antiguos, incluyendo los de Pontoppidan, describen al kraken como un animal «del tamaño de una isla flotante» (se decía que el dorso de un kraken adulto tenía una longitud de 2.4 kilómetros), cuyo verdadero peligro para los marineros no es la criatura misma, sino el remolino que crea después de sumergirse rápidamente en el océano. Sin embargo, Pontoppidan también describe el potencial destructivo de la gran bestia: «Se dice que si se aferra al mayor buque de guerra, podría tirar de él hasta el fondo del océano» (Sjögren, 1980). El kraken fue siempre distinto de las serpientes marinas, también comunes en la tradición escandinava (jörmungandr, por ejemplo).
Según Pontoppidan, los pescadores noruegos a menudo corrían el riesgo de atrapar a los peces sobre el kraken, cuando la pesca era tan buena. Si un pescador tenía una inusualmente buena pesca, uno le decía al otro, «Debes haber pescado sobre un kraken». Si, por otra parte, el fruto de la pesca eran –en lugar de peces– los así llamados gigantopólipos resplandecientes, el fin de su vida estaba próximo, pues según la leyenda los mencionados pólipos habitan por toda la eternidad sobre el lomo del kraken, siendo su función la de crear un espejismo celestial, una farsa destinada a las criaturas más torturadas del abismo las cuales, según la leyenda popular, tienen el rango suficiente de inteligencia como para sufrir el existencialismo: «Hartos del vagabundeo eterno por el inmenso tedio de la fauce marina, deseosos de la salvación y de la Himmelslicht, acuden como lanzas hacia la propia perdición» (Panorama Cultural, 1962). Así, todo pescador que ose interrumpir esta sentencia del determinismo caería en desgracia, siendo este el aspecto más negativo de pescar sobre un kraken. Pontoppidan también alegó que el monstruo a veces es confundido con una isla, y que en algunos mapas se incluyen islas que sólo a veces eran visibles e indicaban un Kraken. Pontoppidan también propone que un joven espécimen de un monstruo fue hallado muerto en tierra en Alstahaug (Bengt Sjögren, 1980).