El reinado de los dinosaurios llegó a su fin en vísperas de primavera
Hace aproximadamente 66 millones de años, el meteorito Chicxulub se estrelló contra la Tierra, en lo que hoy es la península de Yucatán (México), extinguiendo más del 65% de toda la vida del planeta, incluyendo a los dinosaurios, y marcando con ello el fin del periodo Cretácico.
Si bien la historia de la Tierra ha sido marcada por cinco extinciones masivas, la gran extinción del Cretácico-Paleógeno es de las que más ha desconcertado a la comunidad científica, ya que fue una de las más selectivas de la historia de la vida, desapareciendo todos los dinosaurios no avianos, los plesiosaurios, los pterosaurios y las amonitas; y por el contrario, permitió la supervivencia de los mamíferos y cierto tipo de reptiles que perduran hasta nuestros días (cocodrilos y tortugas).
Ahora, una nueva investigación liderado por científicos de la Vrije Universiteit, la Universidad de Uppsala y el ESRF han encontrado que ese evento de extinción masiva, desencadenada por el impacto del meteorito Chicxulub, inició en la estación del año de primavera en el hemisferio sur.
Para llegar a esa conclusión, los investigadores analizaron los fósiles de diversos peces que fueron los que presenciaron de manera directa el impacto del meteorito, de los cuales, los más relevantes son los espátula y esturiones (peces fósiles del yacimiento de Tanis, en Dakota del Norte). Valiéndose del ESRF, un acelerador de partículas que produce los rayos X más brillantes del mundo, el equipo de investigación analizó cada muestra, a través de tomografías de rayos X en alta resolución.
«Gracias a los datos del ESRF, descubrimos que los huesos registraban un crecimiento estacional, muy parecido al de los árboles, creciendo una nueva capa cada año en el exterior del hueso», explica en un comunicado la Dra. Sophie Sánchez, científica de la Universidad de Uppsala y autora del estudio. «Los anillos de crecimiento recuperados no sólo captaron las historias de vida de los peces, sino que también registraron la última estacionalidad del Cretácico y, por tanto, la estación en la que se produjo la extinción catastrófica, que se relaciona a la primavera», explica el Dr. Jeroen van der Lubbe, de la VU de Ámsterdam y autor principal del estudio.
Gracias a los nuevos hallazgos, los investigadores piensan que se podrían elucidar nuevas respuestas a diversas interrogantes, de entre las que destacan, por qué fue tan selectiva esta extinción. Está claro que mientras en el hemisferio norte los dinosaurios se encontraban en primavera, y con ello la temporada de apareamiento y reproducción, muchas especies del hemisferio sur se preparaban para la temporada invernal, que conlleva a refugiarse en madrigueras, aumentando con ello sus posibilidades de supervivencia.
Los hallazgos se publican en Nature.
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