Los dos nutrientes claves para evitar la anemia – El Capitalino
La anemia es una enfermedad que se caracteriza por un nivel bajo de hemoglobina, que es una proteínas que producen los glóbulos rojos. Dicha proteína es el lugar donde se almacena el oxígeno para su transporte a través de toda la sangre.
En este sentido, cuando una persona no tiene los suficientes glóbulos rojos en la sangre puede desarrollar anemia de diferente tipo. Realmente, la carencia de hemoglobina en los glóbulos rojos es lo que provoca la anemia.
Falta de vitamina B12 y anemia.
La vitamina B12 es un nutriente clave para la salud de la sangre y las neuronas. Además, también participa en la formación del ácido desoxirribonucleico (ADN), que es el material genético del que está compuesto toda célula del organismo.
Hay que tener claro que la vitamina B12 únicamente se encuentra en alimentos de origen animal, como variedades de carne, vísceras, pescado, marisco, huevos o productos lácteos. En este caso, algunas personas que siguen una alimentación concreta o con problemas de absorción de este nutriente tienen mayor riesgo de deficiencia de esta vitamina.
Una de las principales consecuencias de la deficiencia de vitamina B12 es el desarrollo de la anemia perniciosa o anemia megaloblástica. Este tipo de anemia provoca cansancio, debilidad, piel pálida, pérdida de apetito, piel pálida, pérdida de peso y hormigueo en manos pies.
Anemia ferropénica
Al igual que la anemia perniciosa está ocasionada principalmente por la falta de vitamina B12, la anemia ferropénica es aquella que tiene lugar por la deficiencia de hierro en el organismo; siendo este tipo de anemia la más común entre la población.
Normalmente, las personas que siguen una dieta saludable y equilibrada no suelen presentar problemas de deficiencias de nutrientes como la vitamina B12 o hierro, y por lo tanto tienen un riesgo mínimo de desarrollar este tipo de anemias.
Por su parte, el hierro es un mineral que se encuentra tanto en alimentos de origen animal, como en alimentos de origen vegetal. Si bien, el organismo absorbe mejor el hierro que procede de alimentos de origen animal. Cabe destacar que la vitamina C ayuda a una mejor asimilación del hierro de origen vegetal por parte del organismo.
Con todo ello, la anemia ferropénica es más común en mujeres embarazadas o en fases de menstruación demasiado abundantes. Igualmente, también ocurre con mayor incidencia en pacientes con problemas digestivos; así como aquellos con algunas enfermedades de carácter renal o cardíaca.
En definitiva, resulta clave contar con niveles óptimos de hierro y vitamina B12, incorporados principalmente a través de la alimentación, para evitar el desarrollo de anemia ferropénica y anemia megaloblástica, respectivamente.