El deporte y el medio ambiente chocan en Sopela | El Correo

Zona donde está prevista instalar tres pistas de pádel. /
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Que la denominada ciudad deportiva de Urko sea una realidad comienza a ser algo palpable. El primer borrador recogía la construcción de un nuevo edificio con varias salas junto a las piscinas, la creación de una zona de skate y la colocación de tres pistas de pádel cubiertas detrás del complejo de cara al 2024. Sin embargo, los planes han cambiado y éstas últimas instalaciones ya no se ubicarán detrás del polideportivo, tal y como estaba previsto, sino en las inmediaciones del aparcamiento de Ugeraga, próximas al humedal protegido. La propuesta se materializó en la última sesión plenaria cuando el equipo de gobierno -PNVy PSE- incorporó al orden del día esa modificación a petición de la empresa adjudicataria. La noticia no fue bien recibida por los partidos de la oposición -EH Bildu, Elkarrekin Podemosy Denok Batera-, quienes votaron en contra, a excepción de Patricia de los Ángeles Alfonso, concejala no adscrita, la cual se abstuvo, dando luz verde al cambio. Esta discrepancia tiene una relación directa con la postura de la asociación Kiribile, propulsora de instaurar un anillo verde para conservar y mejorar el patrimonio natural e histórico-cultural del municipio, que afirma que el nuevo emplazamiento de las pistas podría ser «irreversible y de gran afectación para la biodiversidad de Urko».
«Asentar en esa área las pistas de pádel supone un obstáculo de primer orden y condiciona de manera radical la posibilidad de formalizar ideas sobre el proyecto que ya se está estudiand», apuntan desde la entidad. Kiribile remarca que «el propósito de los trabajos que hemos ido realizando es que la naturaleza se regenere por sí misma, algo que se ha conseguido al observar que ha habido un notorio retorno de fauna, tanto en las pozas como en los alrededores de los ríos».
Desde el Consistorio hacen hincapié en que la primera ubicación provocaba «talar aproximadamente 25 árboles, que no son trasplantables por el porte de los mismos». Mientras, desde Kiribile manifiestan que «la instalación perjudica radicalmente al entorno tanto a nivel ecológico, como en cuanto a contaminación lumínica». Subrayan que «los horarios de apertura y cierre hacen que se dificulte el regreso de la fauna», algo que Josu Landaluze, alcalde de Sopela, niega al afirmar que «la afección a las aves sería la misma que hay ahora. El uso del parking va a seguir siendo igual».
Plan de regeneración
Landaluze añade que «se mantiene una distancia superior a los 30 metros con las charcas» y hace énfasis en que «el arbolado que quitemos podrá ser trasplantado debido a la edad que tiene». Naiara Ibarzabal, responsable del área de Deportes, también ha hecho alusión a que «no se damnificarán las adecuaciones del proyecto de la sociedad de ciencias Aranzadi, que consiste en la ejecución de refugios y vallados sobre las pozas, y no se daña, por tanto, el ámbito de esparcimiento de la vega». No obstante, en 2013 el Ayuntamiento se sumergió en un amplio plan de regeneración de Urko, el cual se encontraba degradado, con el fin de crear un nuevo «pulmón verde» en la ciudad. Fue en ese momento cuando se consideró que la zona podía ser «inundable», proponiendo «mejoras ambientales sobre la misma» y dejando atrás «prolongar infraestructuras».