La NASA y la ESA cambian los planes para la ambiciosa misión de retorno de muestras de Marte
Citando niveles inaceptables de “alto riesgo”, la NASA y la Agencia Espacial Europea han realizado ajustes clave en una futura misión altamente compleja que intentará traer muestras de la superficie marciana a la Tierra.
Thomas Zurbuchen, administrador asociado de ciencia de la NASA, hizo el anuncio el 21 de marzo durante una presentación ante la Junta de Estudios Espaciales de las Academias Nacionales. La misión Mars Sample Return es un esfuerzo conjunto entre la NASA y la ESA, y busca hacer algo que nunca antes se había hecho: traer piezas de Marte a la Tierra para su análisis. Este proyecto ya está en marcha, con el rover Perseverance de la NASA que ya ha recolectado 10 muestras en el cráter Jezero en Marte.
En lugar de lanzar un nuevo rover y un vehículo de ascenso en un solo cohete en 2026, como era el plan original, la NASA y la ESA decidieron dividirlos en dos misiones separadas para reducir el riesgo. Las agencias espaciales también han adelantado la línea de tiempo, con el objetivo de 2028 para los dos lanzamientos y una fecha de regreso de 2033 para las muestras marcianas. Un orbitador construido por la ESA se lanzará en 2027. Zurbuchen no hizo comentarios sobre el presupuesto, pero la misión insignia podría costar más de 4400 millones de dólares.
La misión permanece prácticamente inalterada salvo por estos cambios. El nuevo rover, luego de un aterrizaje exitoso, recuperará las muestras almacenadas en caché por Perseverance y luego las empaquetará en el Mars Ascent Vehicle (MAV), que habrá llegado por separado según el nuevo plan. MAV, que será construido por Lockheed Martin, lanzará las muestras a la órbita de Marte, donde serán interceptadas por el Earth Return Orbiter de la ESA y llevadas a la Tierra. Que la NASA y la ESA hayan podido alterar la arquitectura de la misión hasta tal punto no es gran cosa, ya que el proyecto aún se encuentra en sus primeras etapas de desarrollo y muchos aspectos aún no se han confirmado.
No es sorprendente que el plan tuviera que ser alterado. En noviembre de 2020, una junta de revisión independiente presentó sus recomendaciones, diciendo que el lanzamiento debería retrasarse para permitir más tiempo de desarrollo y que las agencias espaciales deberían dividir Sample Retrieval Lander en dos misiones.
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Zurbuchen repitió en gran medida estas recomendaciones durante su charla ante la Junta de Estudios Espaciales. Una “arquitectura alternativa de dos módulos de aterrizaje puede proporcionar una probabilidad de éxito técnico del programa sustancialmente mejorada”, según su presentación, mientras que el plan para entregar ambos componentes en un solo módulo de aterrizaje “rompe la herencia de Entrada, Descenso y Aterrizaje (EDL) y es de alto riesgo”.
De hecho, un solo aterrizaje requeriría que la NASA se adentrara en aguas desconocidas, un riesgo que la agencia espacial no está dispuesta a correr. En cambio, los módulos de aterrizaje se dividirán en dos misiones y se construirán con la misma tecnología que resultó en el aterrizaje exitoso de Perseverance el 18 de febrero de 2021. Como dijo Zurbuchen, una “arquitectura de módulo de aterrizaje único grande requeriría un carenado de vehículo de lanzamiento de carga útil más amplio” para acomodar un diámetro de escudo térmico de entrada más amplio, capacidades EDL no probadas y propulsión eléctrica en la etapa de crucero”, explicó, mientras que “la arquitectura de módulo de aterrizaje dual se basa en el éxito de Perseverance y se puede completar en la década de 2020”.
En su informe de 2020, la junta de revisión independiente dijo que el presupuesto original de la NASA de $ 3 mil millones era demasiado bajo y que el coste de Mars Sample Return probablemente estará más cerca de $ 3.8 a $ 4.4 mil millones. Zurbuchen no discutió el coste durante su presentación, por lo que el presupuesto para esta misión sigue siendo una pregunta abierta.
De todos modos, esta misión está comenzando a tomar forma y promete ser una de las operaciones espaciales más complejas jamás intentadas. Pero valdrá la pena. Los científicos podrán estudiar de cerca las muestras tomadas del cráter Jezero y buscar posibles signos de vida, además de aprender más sobre la geología marciana.