La NASA devolverá su ‘megacohete lunar’ al edificio de ensamblaje, retrasando de nuevo la misión Artemis I
La tercera no fue la vencida para la NASA. Después de tres intentos de cargar el SLS con propelentes criogénicos para una prueba de cuenta atrás, la agencia espacial ha decidido retirar el cohete de su plataforma de lanzamiento y trasladarlo de vuelta al edificio de ensamblaje para reemplazar una válvula defectuosa y sellar una fuga de hidrógeno en un sistema umbilical.
La NASA anunció el lunes en una rueda de prensa que, si todo va según lo previsto, el “megacohete lunar” (como llama últimamente al SLS) será trasladado desde la plataforma de lanzamiento 39B hasta el gigantesco Edificio de Ensamblaje de Vehículos (VAB) a principios de la semana que viene.
El SLS hizo el camino inverso el 17 de marzo para un “ensayo húmedo” que aún no ha podido completarse. Apenas siete kilómetros separan la plataforma de lanzamiento del VAB, pero el cohete tarda siete horas en recortar esa distancia a bordo de un vehículo Crawler Transporter 2, de la época de las misiones Apolo.
El ensayo húmedo empezó el 1 de abril. Si todo hubiera ido bien, habría terminado 48 horas más tarde, pero una serie de fallos ha impedido completar uno de los últimos pasos: cargar el cohete con hidrógeno y oxígeno líquido a temperaturas criogénicas para simular cuentas regresivas de lanzamiento.
Un problema con un banco de ventiladores impidió cargar el cohete el 3 de abril, y una válvula mal configurada en la plataforma de lanzamiento interrumpió un segundo intento el 4 de abril. La NASA también descubrió un fallo en una válvula de retención de helio en la etapa superior del SLS.
El jueves de la semana pasada tuvo lugar un tercer intento de cargar el cohete. Los controladores estaban empezando a llenar el tanque de hidrógeno líquido de la etapa central del SLS cuando encontraron una fuga en un umbilical entre el cohete y una torre de servicio en la plataforma de lanzamiento móvil.
Para colmo, Air Liquide, la empresa que suministra nitrógeno gaseoso a la plataforma de lanzamiento, tuvo problemas en dos de los tres intentos de carga. El nitrógeno gaseoso llega en tuberías desde una planta exterior al Centro Espacial Kennedy, y se utiliza para limpiar partes del cohete como una medida de reducción de riesgo de incendios durante la carga del propulsor.
La NASA dijo en la rueda de prensa que devolver el SLS al edificio de ensamblaje permitirá a Air Liquide actualizar sus sistemas mientras la agencia espacial sustituye la válvula defectuosa y repara la fuga del umbilical.
Si bien la NASA ha completado con éxito los pasos previos a la carga de propelentes, como la configuración de la plataforma y el lanzador móvil, y el encendido y la verificación de los sistemas del SLS y la nave Orion, aún tendrá que solventar los fallos en la carga de propelentes para pasar por fin a la simulación de cuenta atrás. La cuenta atrás simulada se detendrá justo antes del encendido de los cuatro motores RS-25 de la etapa central del SLS.
La misión Artemis I, que lanzará la nave Orion en un vuelo sin tripulación alrededor de la Luna, estaba programada para mediados de junio. Ahora que el SLS volverá al hangar antes de completar el ensayo húmedo, alcanzar esa ventana parece imposible. Según la NASA, es “poco probable” que veamos un despegue antes de julio de 2022.
Por supuesto, la idea del ensayo húmedo era coreografiar los pasos previos al lanzamiento para dar con estos posibles fallos y garantizar que tanto el cohete lunar como los sistemas terrestres estén listos para el día del despegue. Pero es decepcionante que el primer despegue del SLS se siga retrasando años después de su planteamiento. La fecha de lanzamiento original era en 2016.