Los extremos climáticos en Sudáfrica, Irak y el Pacífico Norte: un llamado en el Día de la Tierra
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El planeta enfrenta una triple emergencia por la crisis climática, la pérdida de biodiversidad y la contaminación, según la ONU. Y esto se evidencia, por ejemplo, en las inundaciones más severas que ha padecido Sudáfrica en los últimos 60 años, en las tormentas de arena en Bagdad y en la mortandad de las ballenas grises en el Pacífico Norte.
Lluvias torrenciales que los sudafricanos no veían hace décadas. Sequías prolongadas que causan cada vez más tormentas de arena en Irak. Perturbaciones en el Pacífico Norte que están provocando que cientos de ballenas grises mueran por desnutrición cada año. Tres ejemplos de cómo el planeta sufre cada vez más.
Según Naciones Unidas, la Tierra enfrenta tres emergencias por el clima, la pérdida de biodiversidad y la contaminación. Por esto, este 22 de abril, cuando se celebra el Día Internacional de la Madre Tierra, se convierte en un llamado a actuar.
Además, aunque es una conmemoración que se realiza desde 1970, esta vez será el primer año en el que la fecha se festeja en el Decenio de la ONU para la Restauración de Ecosistemas, una iniciativa para frenar y restaurar los ecosistemas dañados.
Y no es un llamado menor. Según la ONU, el mundo pierde 10 millones de hectáreas de bosques cada año; una extensión similar a Islandia.
Otra de las evidencias de cómo el planeta se está deteriorando es que alrededor de un millón de especies animales y plantas se encuentran en peligro de extinción.
Uno de los animales amenazados es la ballena gris, que migra desde las aguas de Alaska hasta el estado mexicano de Baja California Sur. Allí, entre diciembre y marzo, se aparea aprovechando las aguas más cálidas. Sin embargo, las autoridades han reportado un aumento en las muertes de estos mamíferos marinos y la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) señaló la desnutrición como una de las causas. El organismo agrega que uno de los posibles motivos es por las perturbaciones del Océano Pacífico, que está afectando al ecosistema de las ballenas.
La situación llegó a tal punto que, en 2019, la NOAA declaró un Evento Inusual de Mortalidad. Solo ese año encontraron 216 ballenas grises muertas en las costas de Estados Unidos, Canadá y México; en comparación con los 172 decesos de 2020 y 114 de 2021. Uno de los tantos ejemplos de cómo el mundo está perdiendo su biodiversidad.
De tormentas históricas a sequías prolongadas: dos de las caras de la crisis climática
La pérdida de biodiversidad no es la única emergencia que enfrenta la Tierra. Los científicos señalan que en el sureste del continente africano habrá cada vez más tormentas, por los gases de efecto invernadero que están calentando el Océano Índico. Y Sudáfrica es un ejemplo de ello.
Las últimas dos semanas, la provincia KwaZulu-Natal, en el sureste sudafricano, padeció las lluvias más torrenciales en los últimos 60 años. Las inundaciones provocaron la muerte de al menos 435 personas y obligaron al gobierno a declarar estado de desastre en todo el país. Además, el principal puerto del país, ubicado en la ciudad de Durban, cerró durante varios días.
El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, afirmó que “estas inundaciones son un trágico recordatorio de la creciente frecuencia de condiciones climáticas extremas como resultado del cambio climático”, por lo que hizo un llamado a aumentar la inversión en adaptación “para proteger mejor a las comunidades contra los efectos del cambio climático”.
Este escenario contrasta con las sequías en Irak, uno de los países más vulnerables al cambio climático y a la desertificación. La falta de lluvia y las altas temperaturas, que en verano pueden superar los 50ºC, dificultan los recursos hídricos. El Banco Mundial estima que para 2050, en Irak habrá un 20% menos de fuentes de agua por los extremos climáticos.
Otro de los efectos se evidencia en las tormentas de arena. En lo que va de abril, en Irak ha habido al menos dos eventos y cada uno duró más de una semana. Uno de ellos, incluso cubrió de polvo a Bagdad, la capital. El alcance fue tal que el Ministerio de Salud iraquí reportó “docenas de hospitalizaciones en todo Irak por problemas respiratorios”.
Aunque las tormentas son frecuentes en el país por las condiciones de su clima, Amer al-Jabri, director de la oficina meteorológica de Irak, afirmó a la agencia AFP que se espera un aumento de estas “debido a la sequía, la desertificación y la escasez de lluvias (…) que debilitan la cubierta vegetal”.
Así, tanto las sequías en Irak como las inundaciones en Sudáfrica y la pérdida de biodiversidad en el Pacífico Norte son un recordatorio en el Día de la Tierra de por qué debemos proteger nuestro único hogar.