Deforestación: Suramérica, la gran responsable en pérdida de bosques – Medio Ambiente – Vida
Entre los 10 depredadores más grandes del mundo de bosques tropicales primarios en 2021 están, por orden de destrucción, Brasil, en primer lugar, seguido por la República Democrática del Congo, Bolivia, Indonesia, Perú, Colombia, Camerún, Laos, Malasia y Camboya, según el informe divulgado por Global Forest Watch (GFW) el pasado 28 de abril.
El organismo es un reconocido sistema interactivo de monitoreo y alerta forestal creado en 2014 en colaboración liderada por el Instituto de Recursos Mundiales (World Resources Institute), entidad internacional no gubernamental con 40 años de historia en investigación y protección de los recursos naturales del planeta.
En la Amazonia brasileña occidental, particularmente, se experimentó una intensificación de la pérdida de bosques primarios
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En la destrucción de los bosques tropicales primarios, América del Sur es la gran responsable, le dice a EL TIEMPO Mikaela Weisse, directora adjunta de GFW. “Más de la mitad de la pérdida de selvas tropicales primarias ocurrió allí en 2021. La mayor parte de la depredación está en la Amazonia, ya que es ahí donde está la mayoría de las selvas tropicales”.
Precisa que en esta pérdida, además del 41 por ciento de Brasil, Bolivia contribuyó con el 8 por ciento; Perú, con el 4 por ciento y Colombia, el 3 por ciento. “Ecuador, Venezuela, Surinam, Guyana y la Guayana Francesa tenían menos del 1 por ciento”.
El informe de la GFW, que hace un análisis concreto sobre Brasil y Bolivia, que ocupan el primero y tercer puesto como los grandes depredadores mundiales, sostiene que en 2021 se produjo la mayor tasa de deforestación en la Amazonia desde 2006.
Las pérdidas ambientales son tan grandes que el informe resalta que “equivalen, en promedio, a la desaparición de 10 canchas de fútbol americano por minuto”.
Expertos temen que si la Amazonia no es protegida de inmediato y si no se pone freno ahora a la creciente deforestación, no alcancemos la meta climática de limitar el calentamiento global hasta 1,5 grados °C.
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Si la temperatura del planeta aumenta, se prevén grandes y elevadas oleadas de calor, severas sequías y gigantescas inundaciones, las cuales, entre otras cosas, afectarían la producción de alimentos, provocarían escasez de agua y amenazarían nuestra sobrevivencia.
Los hechos
Brasil, que cuenta con la mayor cantidad de bosques primarios, encabeza constantemente la lista de pérdidas, y durante 2021 perdió 1,5 millones de hectáreas, según Weisse.
Las tasas de pérdida de bosques primarios en ese país “se han mantenido persistentemente altas durante los últimos años. La pérdida ha fluctuado, dependiendo de la falta de control de los incendios forestales”, sostiene.
Varias investigaciones realizadas afirman que muchos de esos incendios son provocados a causa de la expansión agrícola o pecuaria, entre otras cosas.
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“En la Amazonia brasileña occidental, particularmente, se experimentó una intensificación de la pérdida de bosques primarios, y, en sus estados principales, un aumento superior al 25 por ciento de pérdida no relacionada con los incendios entre 2020 y 2021”, asegura. Igualmente, que la deforestación registrada también se debió a la tala indiscriminada de árboles a gran escala.
Sobre Bolivia dice que “registró una pérdida récord de bosques primarios debido a los incendios y a la agricultura a gran escala” y que la pérdida de bosques primarios registrada en 2021 fue la más elevada hasta la fecha.
Bolivia perdió 291.000 hectáreas, superó una vez más a Indonesia y, por eso, ocupó el tercer lugar en la lista de los 10 países más depredadores del mundo.
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Por todo lo anterior, Weisse insiste en que la gran responsabilidad ambiental con el planeta está en nuestra región porque más de la mitad de bosques primarios tropicales se localiza aquí.
Señala que las causas de las pérdidas difieren entre los países, pero que “la agricultura, tanto a pequeña como a gran escala, sigue siendo un factor importante en el continente. La ganadería en particular ha tenido un gran impacto en los bosques de la región, es el principal motor de la deforestación y afecta la agricultura del mundo entero”.
Por eso, los 3,75 millones de hectáreas perdidas en bosques tropicales primarios en 2021, según el estudio realizado, causan hoy gran preocupación porque esas áreas son claves para el almacenamiento del carbono y la preservación de la biodiversidad. A eso se suma la creciente emisión de gases de efecto invernadero, que absorben y emiten radiación a nivel infrarrojo y aumentan la temperatura del planeta.
Entre esos gases figuran el dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC) y hexafluoruro de azufre (SF6), según la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático.
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La presencia extra de esos gases en la atmósfera multiplican el efecto invernadero natural y provocan el calentamiento global, que da lugar al cambio climático, o sea, a la variación del clima del planeta producida en la actualidad, especialmente, por la quema de combustibles fósiles, pérdida de bosques y otras actividades industriales, agrícolas o comerciales.
Impacto mundial de la pérdida de bosques
La pérdida de bosques en América del Sur tiene impactos globales, según la directora adjunta de GFW. “La tala o quema de árboles genera emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, que a su vez contribuyen al cambio climático global”, como se dijo.
Además “tiene impactos en la gran biodiversidad que alberga la Amazonia, parte de la cual aún no se ha descubierto y, localmente, la pérdida de bosques también afecta el clima regional al alterar los patrones de precipitación”.
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Unos 141 países, entre ellos Colombia, se comprometieron a reducir la pérdida de bosques en la Declaración de Glasgow sobre bosques y uso de la tierra en 2021, pero se necesita mucho más que compromisos en el escenario internacional.
“Necesitamos ver políticas y acciones a nivel nacional para abordar la deforestación, incluida la aplicación de las leyes que ya existen. También sabemos que los pueblos indígenas son algunos de los mejores protectores de los bosques en todo el mundo, por lo que debemos ver más esfuerzos para fortalecer sus derechos territoriales y su capacidad para defender sus territorios de las incursiones externas”, afirma Weisse.
Pero para ella, la solución a este problema está tanto en los gobiernos como en la empresa privada. “Hemos visto a muchas empresas individuales establecer compromisos de cero deforestación, pero queremos ver esos mismos compromisos en sectores completos y más colaboración con los gobiernos nacionales y locales para evitar fugas”.
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En Glasgow, Colombia y los restantes países también se comprometieron de forma colectiva a “detener y revertir la pérdida de bosques para 2030”, pero para que este compromiso se cumpla será necesario que la pérdida de bosques disminuya consistentemente cada año durante el resto de la década, “una disminución que aún no está ocurriendo”, según el informe de la GFW.
Si la depredación de los bosques primarios tropicales continúa, nos espera un futuro que, con el paso de los años, aterroriza cada día más.
Weisse recuerda que “los científicos están preocupados, en particular, por un ‘punto de inflexión’ para el Amazonas, que se ha visto tan afectado por la deforestación y el cambio climático, y vastas áreas de selva tropical que se han transformando en sabanas.
Esto es especialmente preocupante, principalmente, porque una nueva investigación afirma que el Amazonas está perdiendo resiliencia.
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Si llegamos a ese punto de inflexión del que habla Weisse, se producirán emisiones masivas de gases de efecto invernadero que tendrán un impacto en el clima global, así como una gran interrupción de los patrones de precipitación, que son críticos para la producción agrícola.
Muchos países han reconocido que detener la deforestación es fundamental para mitigar los peores impactos del cambio climático global; sin embargo, Weisse afirma: “Estamos a solo ocho años de 2030 y, por lo tanto, necesitaremos una urgente reducción en la tasa de pérdida de bosques si queremos alcanzar el objetivo climático de mantener en 1,5 grados °C la temperatura del planeta”.
Lo peor es que no solo están desapareciendo estos bosques, sino muchos otros en todo el planeta, cuya pérdida también contribuye al cambio climático que tanto tememos y que se empieza a registrar en varias regiones del mundo.
GLORIA HELENA REY
PARA EL TIEMPO
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