Concluyó el Foro en Davos sin soluciones frente a crisis económicas globales
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Los principales líderes gubernamentales y otras personalidades presentes en la reunión anual del Foro Económico Mundial en la ciudad turística de Davos en Suiza, debatieron los desafíos globales, con la guerra en Ucrania como hilo conductor.
Sin respuestas. La crisis alimentaria derivada de la guerra en Ucrania, el riesgo de que su producción de cereales se pudra por el bloqueo de sus exportaciones en el mar Negro, fue uno de los temas centrales del Foro de Davos, que terminó con los mismos interrogantes con los que arrancó a inicios de esta semana.
Los líderes políticos, representantes de instituciones internacionales, empresarios, economistas y expertos, debatieron durante cinco días como solucionar o dar respuesta a diversas crisis que están golpeando al planeta en lo económico, político y la salud.
Kristalina Georgieva, directora gerenta del Fondo Monetario Internacional, FMI, intentó calmar el pesimismo asegurando que una recesión en las grandes economías no está en la mesa, aunque admitió que no podía descartar que esto ocurra mientras la inflación se dispara en gran parte del mundo, arrastrada por el aumento de los precios de los combustibles y de alimentos básicos.
Georgieva dijo que su organismo espera un crecimiento económico del 3,6% para 2022, lo que supone «un largo camino hacia la recesión mundial» y reconoció que va a ser un «año difícil». «La ansiedad en torno al acceso a los alimentos a un precio razonable a nivel mundial está tocando techo», agregó.
«Rusia está saqueando el grano ucraniano de los territorios ocupados, está quemando los almacenes de alimentos ucranianos en otros territorios, está destruyendo otras infraestructuras y equipos agrícolas ucranianos», comentó el vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, durante otro panel dedicado al comercio. «Claramente, hay una acción deliberada de Rusia para crear estos problemas de seguridad alimentaria mundial», resaltó.
La crisis que se avecina -especialmente para los países de África, Oriente Medio y Asia que dependen del trigo, la cebada y el aceite de girasol asequibles que Rusia ha bloqueado en los puertos del principal productor, Ucrania- ha sido un tema clave en Davos. La Unión Europea y Estados Unidos han acusado a Rusia de utilizar el suministro de alimentos como arma.
El mundo podría enfrentarse a un problema de disponibilidad de alimentos en los próximos 10 o 12 meses, y «eso va a ser un infierno en la tierra», agregó David Beasley, director del Programa Mundial de Alimentos.
En ese mismo Foro, la directora general de la Organización Mundial del Comercio, Ngozi Okonjo-Iweala, adelantó que si no se logran abrir corredores para sacar los cereales de Ucrania al resto del mundo, la crisis alimentaria podría prolongarse hasta 2024.
Svein Tore Holsether, director ejecutivo de Yara International, el mayor grupo de productores de fertilizantes, recordó que 276 millones de personas sufren inseguridad alimentaria en fase grave y aguda, el doble que hace tan solo dos años, una situación que podría empeorar por nuevas olas de calor en la India, Pakistán y Estados Unidos.
Uno de los panelistas más esperados fue Dmitro Kuleba, ministro ucraniano de Exteriores, quien aseguró que su Gobierno está a favor de estos corredores, pero que ello requeriría el desminado del puerto de Odesa, y se preguntó cómo se podría garantizar que Rusia no aproveche la oportunidad para atacar.
Sin duda, el mensaje más contundente del encuentro fue el de Olaf Scholz, canciller alemán. «No podemos permitir que Putin gane la guerra y creo que no lo hará. Hasta ahora no ha logrado ninguno de sus objetivos estratégicos, y uno de ellos, el de ocupar toda Ucrania, está más lejos que nunca», comentó Scholz, el último dirigente político en intervenir en Davos.
Con AP y EFE